Vierte su necedad Don Necio al río
siembra piedra, siembra tierra y escombro,
planta casa, ciudad digna de asombro
y vive Necio por propio albedrío
Truena con brío el caudal cerro abajo
lleva tierra, piedra, árbol y casa
hiere suelo, campo calle y plaza
y cuanto cruza, desarraiga a destajo
Vive Don Necio con poca memoria
ignorando la memoria del río
despreciando de aquel su trayectoria
Triunfante retorna aquel con gran brío;
barrer la necedad es su victoria
su lecho y su cauce, su señorío