Sin conocer de su voz el sonido
de su piel mi piel carente de mimos,
en la distancia contiguos vivimos
con diligencia a mi encuentro ha venido.
Distanciados por montañas y mares
unidos por el afecto de amigos,
silencio y soledad son mis testigos
del norte que propone a mis pesares.
Sin escuchar palabras de mi boca
ni enjuagar una lagrima indiscreta,
envía alguna frase secreta
que emoción a mi espíritu provoca.
Arrinconar mis miedos me propone
con otros ojos ver el infinito,
ser feliz subraya y queda escrito
es la clave, ¿para qué más razones?.
Es entonces cuando encuentro al amigo
en él descubro colosal respeto,
inteligente honorable y discreto
en su entereza encuentro mi cobijo.
Original de
Jueves 08 de Mayo de 2014
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