Muchos días olvidé el desierto florido
clavado con vehemencia en mí
puertas adentro
en soledad y oculta
de mis latidos más fuertes
de mis gritos más desesperados
vividos en silencio
mi compañía única asistente y testigo
de cuando comencé a sentir
el lenguaje ambiguo de estar viva
y muerta al mismo tiempo.