niñita asustadiza
tranquila y obediente
que navegas en aguas cristalinas
dime que piensas porque te olvido
recuérdame los sueños de tarde,
la caricia triste de mamá y
los días grises donde nacían
infinitas ideas soñadoras
ahora un tanto absurdas
pero que ese eterno momento
parecían tan simples y alcanzables
querida infancia ayúdame
a hacernos amigas para visitarte más seguido
para no llorar al recordarte
ni temer de las vidas que he vivido
y de quienes alguna vez clavaron la primera palabra
que permanecería en innumerables oportunidades
y en mi corazón de niña
que desde entonces acostumbraba ya a imaginar
y pensar
en tanto y en nada a la vez