Los grillos ya cantan su ancestral canción. Sonido de la noche húmeda y estrellada.
He coronado vuestra cabeza con tallos de verde y fresca hiedra.
Mirad hacia la montaña. Se ha posado un arcángel blanco ¡¡Albino!! como la nieve. Vigila con su espada los transparentes velos
La impaciencia es fuerza destructiva es no detenerse en las cosas no dedicarles el necesario tiempo, la espera.
El sol doraba las altas cimas. Mientras mi corazón se revoluciona… en tumultuosa esperanza.
Ballenas de mar, lomos pedazos de islas navegantes, errantes y a la deriva.
En la vertical estrella vibró el tesoro más profundo.
Luna nocturna que alta te ves desde la ciudad de Quilpué.
Mar, que la sed transforma en sal. Mar, espejo voraz,
La luna alta acompañada por su séquito de estre… quedó tras la ventana luminosa y transparente. Cerrar la ventana
El cielo ¡¡Es la frente de Dios!! cuando se nubla o truena ¡¡Es Dios que está pensando!!
La comitiva de mujeres danzaban y reían al tañir los tambores y un ala de oro se despegaba del sol.
Flor pequeña que lentamente en mis manos moría. Yo le quiero, le decía. Ella me preguntó ¿me quieres?
Allí balan suavemente las crías de corderos estando sobre florecientes hierbas frondosas y ¡¡hermosas!!.
Los niños en la playa juegan pero las olas llevan sus juguetes. Las olas también desean jugar y las ondas del mar a cambio les regalan