Luna, que desde el cenit, vigilas los campos.
Dije las mágicas palabras “Hokus, pokus” y tus labios se llenaron
Rayos de sol amarilleaban el pasto rústico de las praderas.
Ballenas de mar, lomos pedazos de islas navegantes, errantes y a la deriva.
¡¡Relámpago de fuego!! ¡¡Consúmeme!!
La impaciencia impide pasar del paso a paso y nos aleja del paraíso.
Me llamo Noé a quien visita la viajera paloma en mi nave
Mar chileno amigo de la cordillera, cuyas aguas bajan en verdes venas hasta mezclarse
Preciosa gargantilla, arrancada del cuello de Atenea, para embellecer a las doncellas de los jardines de Grecia, jardines de las hojas perennes.
Dé camino a la sorpresa y la novedad. ¡¡Sorprenda gratamente a los suyos… cada día!!
Mar tempestuoso, de agitada melena de león rugiente.
Del suelo mana agua láctea mana purpúreo vino mana néctar de rubias abejas que sube como oloroso incienso
La prisa puede conducir a error es propio de sabios ir a pie, paso a paso,
Luna nocturna que alta te ves desde la ciudad de Quilpué.
He atesorado su mirada en el espejo de las siete lunas y sus ojos me hablaron.