Mar, que la sed transforma en sal. Mar, espejo voraz,
Extraíste lo dulce de tu pócima has ordeñado la vaca de pesares y ahora disfrutas la mielosa leche láctea de las ubres de oro.
Dije las mágicas palabras “Hokus, pokus” y tus labios se llenaron
Hasta para coger los frutos debes estirar los brazos.
Hombres y mujeres caminan por puentes y senderos hacia el futuro. La vida debe ser edificada
La prisa puede conducir a error es propio de sabios ir a pie, paso a paso,
He coronado vuestra cabeza con tallos de verde y fresca hiedra.
He atesorado su mirada en el espejo de las siete lunas y sus ojos me hablaron.
Mar tempestuoso, de agitada melena de león rugiente.
¿Qué te pasa gallito que cantas tan tempranito?
Luna, que desde el cenit, vigilas los campos.
Mide tus aciertos por el grado de esfuerzo que llevó conseguirlos.
Mirad hacia la montaña. Se ha posado un arcángel blanco ¡¡Albino!! como la nieve. Vigila con su espada los transparentes velos
En cada árbol, cada hoja, cada tallo, cada raíz, la vida palpita
Cada despertar del disco ardiente del Sol, es una mañana llena de inocencia y plenitud.