El tiempo tiene su labor en el telar convulsionado del tiempo.
Me llamo Noé a quien visita la viajera paloma en mi nave
Dá, sin esperar nada a cambio. Ésa es la felicidad plena.
Los errores provienen de la impaciencia humana.
Dé camino a la sorpresa y la novedad. ¡¡Sorprenda gratamente a los suyos… cada día!!
He coronado vuestra cabeza con tallos de verde y fresca hiedra.
En cada árbol, cada hoja, cada tallo, cada raíz, la vida palpita
Mar, que la sed transforma en sal. Mar, espejo voraz,
He atesorado su mirada en el espejo de las siete lunas y sus ojos me hablaron.
Del firmamento caen frescos y frágiles copitos de nieve.
¡¡Que hablar contigo, sea provechoso!!
He adornado un pequeño altar. Allí arden viejas hojas de laurel aromatizando el ambiente
Fronda que das olorosos racimos. Viña que destila dulce ambrosía de purpúreo color
Tú, Madre sembradora de soles que en el cielo tejes
Extraíste lo dulce de tu pócima has ordeñado la vaca de pesares y ahora disfrutas la mielosa leche láctea de las ubres de oro.