La calma se posa en las piedras serenas. ellas no tienen esperanzas ni angustioso devenir.
¡Oh! mar verdiazul coronada estás de remolinos y blancos torbellinos.
Provechosa Cordura
Luna, que desde el cenit, vigilas los campos.
Dá, sin esperar nada a cambio. Ésa es la felicidad plena.
Es certero acercarse a los sabios ¡¡¡Trae Buenaventura!!!
Dé camino a la sorpresa y la novedad. ¡¡Sorprenda gratamente a los suyos… cada día!!
Sacerdotisas llevan en sus castos brazos pequeños cofres y vasos sagrados para honrar y ofrendar
Los niños en la playa juegan pero las olas llevan sus juguetes. Las olas también desean jugar y las ondas del mar a cambio les regalan
Ballenas de mar, lomos pedazos de islas navegantes, errantes y a la deriva.
Si haces las cosas con bondad, tu recompensa será la felicidad.
Acude a tu soledad crea y ama porque amo a quien crea su propio destino y perece por ello.
He adornado un pequeño altar. Allí arden viejas hojas de laurel aromatizando el ambiente
La luna alta acompañada por su séquito de estre… quedó tras la ventana luminosa y transparente. Cerrar la ventana
Los grillos ya cantan su ancestral canción. Sonido de la noche húmeda y estrellada.