Me llamo Noé a quien visita la viajera paloma en mi nave
La calma se posa en las piedras serenas. ellas no tienen esperanzas ni angustioso devenir.
Dé camino a la sorpresa y la novedad. ¡¡Sorprenda gratamente a los suyos… cada día!!
¡¡Relámpago de fuego!! ¡¡Consúmeme!!
La piedra lanzada en el lago viajaba como un astro dejando su estela de circunferencias locas.
Gran poder es saberse moderar.
Mar chileno amigo de la cordillera, cuyas aguas bajan en verdes venas hasta mezclarse
En la soledad de la montaña entre duras peñas alumbré mi cría y la llamé Esperanza.
He visto un cisne que en su sabiduría lleno está de blancas canas.
El sol doraba las altas cimas. Mientras mi corazón se revoluciona… en tumultuosa esperanza.
Mi prisión repleta de jaurías de lobos furios… se convirtió en coloridas aves de dulce cantar.
Torres de Inglaterra rodeada de briosos potros y arbolados prados de la tierra a cubrir
Luna dulce, luna de azúcar, en la inmensa taza del firmamento.
La impaciencia es fuerza destructiva es no detenerse en las cosas no dedicarles el necesario tiempo, la espera.
Agradece por todo lo que recibes.