He atesorado su mirada en el espejo de las siete lunas y sus ojos me hablaron.
Vive para crear no solo para existir.
En la soledad de la montaña entre duras peñas alumbré mi cría y la llamé Esperanza.
Después de la tristeza, viene la felicidad que trae consigo la paz.
Tú, Madre sembradora de soles que en el cielo tejes
Cada despertar del disco ardiente del Sol, es una mañana llena de inocencia y plenitud.
Titular del Diario: “Vampiro muri… Fué invitado a un asado y molieron…
Mar chileno amigo de la cordillera, cuyas aguas bajan en verdes venas hasta mezclarse
La oruga se solaza entre las hierbas del bosque. Un bosque tranquilo
Acude a tu soledad crea y ama porque amo a quien crea su propio destino y perece por ello.
La estrella de duro diamante duerme sobre la pizarra negra del firmamento.
Las buenas palabras deben ir acompañadas de buenas obras.
En la ciudad ni rumor de las doncellas se escuchara antes de las siete lunas.
Luna, que desde el cenit, vigilas los campos.
¡Oh! mar verdiazul coronada estás de remolinos y blancos torbellinos.