Memorando
Los árboles ya corren por el bosque.
La calma luz,
que siempre fluye
y sostiene mis pensamientos,
se despierta al verme,
estremecerme,
por no caber aquí.
Las horas más frías
de los días más lentos,
descansaban sus miradas,
saboreando la belleza
de los colores sangrando.
Dibujaba en barro,
de la lluvia que siempre soñé,
momentos hechos a mano,
certezas de que se puede vivir
fuera de este mundo
y seguir estando aquí.
Que tus ojos no mueran nunca.
Hagan flamear el viento
de cada suspiro que creyó
que no existe virtud en la vida,
y aquellos que sí,
que respiren,
como si ellos fueran el aire.
Las palabras del día
se hallan en tu voz,
y la calma luz
bosteza,
en tus pupilas:
Hoy viviremos
como mañana.
