Serendipia
Dulce llana voz de mi calor,
sólo tú empuñarás dolor.
Éxtasis en sombras de un amor,
desplegándome alas en adiós.
Fábula mezquina ponte a morir.
Apasionaré la forma de mi sol.
Los años se siguen cayendo,
en larga brisa de otoño.
Descansan miles de secretos,
sobre los desiertos del tiempo.
Recordaré esos mundos,
tras mi mente, escondidos.
Toda vida muta en el interior.
Los cuerpos mortales brillan en ardor:
De esperar, amar.
De sufrir, transmutar.
De rogar, perdonar.
De morir, intentar.
Mirando brillar las cenizas,
con la cabeza en la pared.
Demasiadas palabras suaves,
que debería poder saber.
Soy reflejo de mi pasión,
retorno de una ilusión.
Necesito del miedo y el dolor,
la forma de crearme y crear.
Balbuceándome aquel olvido,
midiendo el eco de mis latidos,
en una noche que devoraba la luna,
encontré sin buscar aquella ligera voz.
Oculta, entre los diálogos
de los muertos,
besaba las palabras:
todos mis sueños,
son todo lo que tengo
y lo que quiero.
