Desde siempre a nuestro amor trazaste en las estrellas su sino y es tu dedo creador. Señor, el que nos marca el destino… Nos has traído a la muerte
Fray Bernardino de Aguilar, profe… de la Murta jerónima, al regazo del claustro pasó, preso de amor, cantando en paz mi vida a… Al margen del afán de Barcelona
¡Ave, María! El sol se. acuesta e… centered¡Ave, María! El verdor de su hierba está ya en… centered¡Ave, María! Por jní y por ella, ¡por nosotros,…
Bajo tu blanca mano fría, el negro… tibio, curvo y sedoso, lento ronro… lucientes de húmedo brillo d morro… y los verdes ojos en que el crista… Dormitaba por fuera, dentro recoji…
Me acuerdó del dechado de tu abuel… de abecedario ¿ótico de trazo, bordado en el pajizo cañamazo de sus días lijeros de la escuela Desprendíase de él, como una estel…
Oír llover no más, sentirme vivo; el universo convertido en bruma y encima mi conciencia como espuma en que el pausado gotear recibo. Muerto en mí todo lo que sea activ…
Ya que sabes de amor y de dolores óyeme bien, Señora, y ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte
Te recitaba Bécquer... Golondrina… refrescaban tus sienes al volar; las mismas que, piadosas, hoy, Ter… sobre tu tierra vuelan sin cesar. Las mismas que al Señor, de la co…
Engáñame, engáñame, mi vida, y vuélveme a engañar; hazme creer que al fin de la parti… nos hemos de encontrar. Cúname, Amor, en el divino engaño
Te recitaba, Becquer... Golondrin… refrescaban tus sienes al volar; las mismas que, piadosas, hoy, Ter… sobre tu tierra vuelan sin cesar. Las mismas que al Señor, de la co…
Amor de Ti nos quema, blanco cuer… amor que es hambre, amor de las en… hambre de la Palabra creadora que se hizo carne; fiero amor de v… que no se sacia con abrazos, besos…
Corral de muertos, entre pobres ta… hechas también de barro, pobre corral donde la hoz no siega… sólo una cruz, en el desierto camp… señala tu destino.
Cada vez que tu nombre pronuncio,… viviendo deshecho, me parece que el cielo la boca me… renace mi pecho; En mi alma, Teresa, tu nombre es…
Tu pobre dolido seno cuando lo abrías al sol, de luz y esperanzas lleno para quemar el veneno de la muerte, era un crisol.
AI despedimos me dijiste: «Dame ya el último... no el último... el… nos le dimos y luego la agonía de los tres días negros. Siempre es el último el primero; a…