#Españoles #Generación98
El cuerpo canta; la sangre aúlla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla
Me dijiste: «Repíteme esa trova..… yo: «volverán...» y tú: «No, que y… de nuevo están aquí... mira aquella que está junto a mi a… con qué fijeza y qué aire tan resu…
AI despedimos me dijiste: «Dame ya el último... no el último... el… nos le dimos y luego la agonía de los tres días negros. Siempre es el último el primero; a…
¡Ay, este rosal regado con tinta, rosas de fuego que se sorbe el vie… Mi alma del gran misterio se halla… he de morir sin darla a nacimiento… Preñez de amor mi agonía prolonga
No me preguntes más, es mi secreto… secreto para mí terrible y santo; ante él me velo con un negro manto de luto de piedad; no rompo el set… que cierra su recinto, me someto
Todos los versos que te había escr… por mi mano, quemé; las cenizas, cumpliendo nuestro ri… piadoso derramé sobre ti, a lia puesta del sol, ho…
Es una antorcha al aire esta palme… verde llama que busca al sol desnu… para beberle sangre; en cada nudo de su tronco cuajó una primavera. Sin bretes ni eslabones, altanera
En la pequeña iglesia de Biriatu,… funerario con la lista de los once… Francia en la gran guerra. En la… muerto en la guerra, el pueblo de… Y debajo: Orhoit Gutaz, esto es,…
Cuando te dió la tos, con el pañue… te tapaste la boca; y yo leí en tus ojos, en mi cielo, teda tu angustia loca. Me ocultaste las rosas de tu pecho…
Reventó el Sol como una peonía en la lejana sierra, mis lágrimas sobre tu yerba verde brillaron como perlas. Brillaron como perlas de rocío
Oigo el susurro de la Muerte que… paso aterciopelado de pie desnudo, cauteloso arrastrarse como de cieg… que a tientas husmea, con olfato a… Y al sentir dé su ala-mano el nimb…
¡Me dice, don Miguel, que metafís… me ha hecho el amor en agonía lent… «Metafísico estáis...» Es que me… de no esta’- junto a ella. Es que me está meando calentura
«Cuando tú seas mía...»—te dije, y llevándote al pecho las manos te sentaste... «¿Qué es eso, Tere… «¡No es nada... el desmayo!» «Cuando tú seas mío...»—añadiste,
En el silencio estrellado la Luna daba a la rosa y el aroma de la noche le henchía —sedienta boca— el paladar del espíritu,
Yo te di la noticia y mirándome: «Padre nuestro, que estás en1 los… empezaste; en tus ojos dos lágrima… al sol se encendieron. «Venga a nos el tu reino...»—decía…