Una noche serena de otoño vi a la lívida luz de la luna de nuestro árbol temblar en la cop… una hoja ya última. Y al llegar la mañana siguiente,,

El río claro de tu voz fluía tan sosegado y manso que era agua cristalina que corría en ¡brazos de un remanso En él se retrataban de tu pecho

Fray Bernardino de Aguilar, profe… de la Murta jerónima, al regazo del claustro pasó, preso de amor, cantando en paz mi vida a… Al margen del afán de Barcelona

Tú sí que me conocías tal como nací a ser, cuando «¡niño!» me decías me sentía yo nacer. Ni mi madre . me miraba

Bajo tu blanca mano fría, el negro… tibio, curvo y sedoso, lento ronro… lucientes de húmedo brillo d morro… y los verdes ojos en que el crista… Dormitaba por fuera, dentro recoji…

Me abraza con sus alas, cual gigan… para hundirme en la tierras—negro,… y ai quitarme el aliento me envuel… en que me prende a vida, cual post… del recuerdo bendito de tu postrer…

Me pongo a ateresar los universos por si logro sacarles el sentido que encierran y encerrándolo en mi… dejarlo para siempre florecido. Universos sin fin sueña mi mente,

Eran tus ojos en aquellas tardes dos alondras cobardes; eran como al volver de arar la yun… y mirándome ¡cómo los abrías! eran una pregunta

Me muero de un mal cursi, Becquer… se me agota el pulmón, y me cuna la muerte tu ángel cursi con su acordeón. Aquel acordeón que a mi Teresa

Al cautivarnos el Amor ¿sabía la suerte de su empresa? ¿O fué la Muerte la que unió prim… con sus manos las nuestras? Al vernos por primera v e z ...—¿n…

La vida se me gasta hebra tras heb… sin que te acabe de cantar, mi vid… y es de tan corta vida triste quie… el que así se me quiebre la partid… la fuerza del vivir.

Cada vez que tu nombre pronuncio,… viviendo deshecho, me parece que el cielo la boca me… renace mi pecho; En mi alma, Teresa, tu nombre es…

Todos los versos que te había escr… por mi mano, quemé; las cenizas, cumpliendo nuestro ri… piadoso derramé sobre ti, a lia puesta del sol, ho…

«Sí, sí sí, sí...» Era el susurro… de agua que va a la mar, el canto del arroyo al sol tendido… letanía de amar... «Sí, sí, sí sí...» Y de tris labi…

¡Dime qué dices, mar, qué dices, d… Pero no me lo digas; tus cantares son, con el coro de tus varios mar… una voz sola que cantando gime. Ese mero gemido nos redime