#EscritoresArgentinos
Piel abrochada a mi garganta piel de pieles. el hombre que buscaba no existe ni siquiera en mí. Retrocedo todo
Dejo de latir dejo de ser el pulso donde antaño vibrara el Universo. Delicadamente me entrego a las argucias del amor
Vi cómo los perfiles del tiempo se posaban levemente en mi piel dejando una marca.
Frescas magnolias recuerdan el mar mar antiguo donde besé una tarde las frescas entrañas de la muerte. Después fui una pequeña planta marina
A mí la poesía me lo permite todo y yo hago con ella lo que quiero. A veces me dejo llevar y Ella me envuelve en su torbellino palabra contra palabra
Las caderas estallaban una contra otra y al final fue el silencio. Después
Palabras tenues palabras olvidadas. Vuelvo otra vez más en brazos del delirio y de la fiebre.
Ser extranjero es algo verdaderamente increíble. A veces por largos días soy sólo el contorno de mi cuerpo
Atado por mis vicios a sórdidas cadenas me oculto para no ser el vuelo de los pájaros. Del brazo de la muerte
Te vi pasar como pasan los astros Tu mirada tu boca eran de otro. Tu simpleza no tenía límites
Hay un decreto ley, del 26 de agosto, donde se me promulga para toda España ciudadano español
Para habitar estos nuevos infiernos que poseo busco nuevos demonios. Demonios del olvido
La Cultura debe ser destruida en su totalidad. Hundir entre sus carnes amadas
¿Sabías que volvía? ¿Me esperabas? Sangrante y taciturno después de mil fracasos casi sin esperanzas
Tratando de arrancarle a la vida una verdad dispuestos a todo dejamos que el sol se levantara con nosotros al alba.