¿Verdad, querida Nise?
#Peruanos
Yo desprecié una hermosura que ardía por mí en amores, y de otra que no me quiere solicito los favores. Celoso estoy y ofendido,
Desgraciados ojos míos que mirasteis sin recelo la hermosura donde Amor estaba, cruel, encubierto; justo es que, mísero, pagues
Aunque en mares borrascosos de dudas y sobresaltos batalle el alma, no dejaré de adorarte, pues que tu imagen le vuelve
Verdad, querida Nise, que te agradan mis versos, tanto porque son míos, como porque son bellos? Tan urbana lisonja
Muero de amor, y deseo que mi muerte se dilate por gozar de la agonía los prolongados instantes. De mi dolor el remedio
A la espléndida mesa de Jove poderoso asistieron un día los inmortales todos; y al paso que, entre brindis
¿Ya piensas en casamiento porque tu fortuna escasa te ha dado una... que no es casa, pues si digo casa miento? ¿Quieres que se menoscabe
Pobre soy, nada tengo, miserable es mi vida; pero a pesar de todo paso tranquilos días. Apolo que protege
¡Qué mal has correspondido a mi pasión amorosa, bella homicida! ¡Y qué mal tienes pagado mi cariño, mi ternura,
Es mi pecho calabozo de tormentos y pesares; mis labios, los del silencio, que no aciertan a quejarse. ¿Dónde está mi dicha antigua?
Del silencio imperturbable la lobreguez pavorosa y el negro manto, rodearán en todo tiempo la existencia de un viviente
Incauto joven, mi musa en su tormento, te encarga que no des dentro del pecho al tirano Amor posada; y que cuidadoso evites,
El sueño Una noche gozaba del plácido descanso que adormece las penas y anubla los cuidados.
¿Porqué, pues, ya no elogias el poder de mis armas, ni mis bellas conquistas, en dulce metro, cantas?... —Me preguntó, curioso,