Pobre soy, nada tengo
#Peruanos
El sueño Una noche gozaba del plácido descanso que adormece las penas y anubla los cuidados.
¡Ay de mí!... que, en el recinto de estas lóbregas paredes, sólo acompañan mis penas imaginaciones crueles. ¡Ay de mí!... que sin mi dueño,
¡Qué mal has correspondido a mi pasión amorosa, bella homicida! ¡Y qué mal tienes pagado mi cariño, mi ternura,
Verdad, querida Nise, que te agradan mis versos, tanto porque son míos, como porque son bellos? Tan urbana lisonja
Oscuras sombras, en las cavernas horribles del fiero olviden, sepulten las crueles horas en que sentiste,
Pues que pronuncias mi muerte sin inmutar el semblante, beldad tirana, moriré; mas yo te advierto que mi muerte será origen
¡Adiós, mi dulce dueño! ¡Adiós! Ya que la suerte de tus hermosos ojos separarme pretende, porque en su saña injusta me aborr…
Es mi pecho calabozo de tormentos y pesares; mis labios, los del silencio, que no aciertan a quejarse. ¿Dónde está mi dicha antigua?
Aunque en mares borrascosos de dudas y sobresaltos batalle el alma, no dejaré de adorarte, pues que tu imagen le vuelve
¿Dónde estás, dueño querido, que mi amor no puede hallarte? ¿Dónde estás que no respondes al que se afana en buscarte?... Presente en mi pensamiento,
¿Porqué, pues, ya no elogias el poder de mis armas, ni mis bellas conquistas, en dulce metro, cantas?... —Me preguntó, curioso,
Pobre soy, nada tengo, miserable es mi vida; pero a pesar de todo paso tranquilos días. Apolo que protege
Desgraciados ojos míos que mirasteis sin recelo la hermosura donde Amor estaba, cruel, encubierto; justo es que, mísero, pagues
Era feliz en el tiempo que, ignorando del amor el poderío, pensaba jamás rendirme, ni dejarme seducir