Escurro de amor,
mirando tus ojos,
rozando tu barba,
besando el secreto,
abrazando el abrazo.
La lista de amores
recorre la habitación.
La ironía de un nombre
o de un número más
no existe, no en mí.
Amándote
a la distancia de una memoria
de la bonanza de los viejos tiempos.
Tengo 16...
Nos juntaron en una clase,
de las tareas a la amistad,
eres mayor, haces tu vida
y me dejas atrás.
Tengo 17...
Nos besamos bajo la farola
de la inocencia y la ingenuidad.
Tomas mi mano con sinceridad,
pero algo nos falta
y me voy.
Tengo 19...
Nos enloquecemos
sin siquiera intentarlo.
De ser amigos
a pedirme matrimonio,
me niego.
Es tan intenso como venenoso,
tu presencia me mata,
debo huir y corro lejos.
Tengo 23...
Nos conocemos bien,
tantos años juntos,
pero hay más personas.
No nos amamos igual.
Decido terminar.
Tengo 24...
Nos encontramos por la poesía
y a tu lado solo hay teofanías.
Me abrazas bajo la regadera
y no hay mejor atmósfera,
pero tengo miedo y no quiero...
y te dejo y tú me dejas.
Tengo 26...
Nos miramos por error.
La plática fluye,
el cariño crece,
pero nosotros no.
Atorados en la nada,
por dos décadas separados.
Recojo mis ilusiones y me voy.
Tengo 27...
Me observo en cada ocasión.
Me abrazo y lloro en el sillón.
He amado,
estoy amando
a cada edad,
a cada persona,
a cada yo.
Amo,
estoy amando,
estoy amándote,
estoy amándome.