Te esperé sentada tres días y tres noches en la banca en la que prometiste llegar.
Junto a mi soledad absurda.
Frente a mi hambre voraz.
De lado del frío y con mi esperanza vacía.
Te esperé callado bajo tres lunas distintas en la banca en la que afirmaste estar.
Junto al recuerdo vivo.
Frente a mis ganas de besarte.
De lado del miedo y con un abrazo para ti.
Esperaron pacientes tres muertes en la banca que cada uno creyó.