Sucedió otra vez, ahora por segunda vez, ahora eras tú, ángel de todo mi amor.
Te estabas formando por dentro, el poder milagroso que a todo el mundo pone contento.
El poder de la creación, que sobrepasa mi imaginación, ahí estabas tú, cuando iba imaginar, que serías tú lo segundo más grande que mi corazón iba amar.

Me sentí el hombre más afortunado, tener alguien más bajo mi cuidado, un privilegio que no merezco, de los humanos soy el más imperfecto, pero pongo todo mi esfuerzo en ser para ti tu mayor ejemplo. Pensando en ti me levanto de prisa, y se que cuando te vea me regalaras la mejor sonrisa.

Llegaste a este mundo indefensa y temerosa, pero te hiciste más fuerte que cualquier cosa, pues tuviste que quedarte sola varios días en esa caja transparente, algo que nunca saldrá de mi mente. Preferiría haber sido yo el cautivo de esa cárcel maldita, pero tú demostraste ser digna de la mayor bendición en la vida: luchar por tu propia vida y hacerte más fuerte, y eso, señoras y señores, no es cuestión de suerte.

Luchaste con todas tus fuerzas, todos vimos tus ganas de vivir y salir adelante, a todos tus enemigos enfrentaste, ningún caballero pudo rescatarte del dragón que te tenía encerrada en esa prision, tu solita lo venciste sin escudo ni espada, solo luchando con todas tus ganas.

Eres toda una princesa, tu piel y tu cabello huelen a fresa y a frambuesa, esa es tu naturaleza, no necesitas “perfumen”  ni cosas de esas. Tu eres de carne y hueso, no como las princesas de los cuentos que son puros inventos, esperando que un príncipe azul que las rescate para ser felices aunque sea por un instante.

Eres la ternura convertida en mi niña; te gusta el agua de coco, de horchata y de piña. Te gustan los colores rosados y morados, como todas las princesas de los cuentos que ahora me he aprendido y te los cuento con los ojos cerrados.

Seguiré escribiendo sobre ti a medida que vayas creciendo, irás cambiando y más cosas conociendo. Tal vez cambiaremos las batallas de “yo te quiero más”, por “tu sola a ese viaje no te irás”. Pero sé que no puedo ni debo controlarte, seas lo que seas y hagas lo que hagas para mi siempre seguirás siendo la mayor obra de arte.