Los pájaros no irán más al Sur
se tragarán sus melodías arrevesadas
y la yegua de ámbar
cabalgará mansa sobre tu silla.
Dos horas más tarde
nos desconoceremos
tú serás el vendedor
de diálogos cimbreantes
y yo la actriz que finge
estar perdida en los semáforos.
Se juntarán tus extremidades
en pequeña semilla de hombre
y serás el hijo
de una madre ausente.
Yo me levantaré tres veces
de esta página
y tú no morirás en ese trance.
Los nombres correrán a la inversa
y serás Yerdna
y yo Arón.
Dos siluetas negras
una línea
en medio de la calle.