Hay una vieja historia de un indio, en mi abolengo,
cacique en Maracaibo, donde vivió peleando,
que a veces me obsesiona, porque en verdad yo tengo
la emoción de otra vida de aventura y de mando!...
Y tales son mis hábitos y tal es mi pereza,
y mi grave egoísmo y mis supersticiones,
y este tedio de todo, y mi faz de tristeza...
que siento en mí despiertas mis viejas tradiciones!
Repitiendo estas cosas gratas a la memoria,
mi abuelo marabino refería esa historia
toda s las prima s noche s sentado en el hogar!
Y, me atrae la visión del cacique arrogante,
en la ardiente ribera de su lago ondulante,
atisbando en la costa los caminos del mar!