Sostenerse
Te sostienes en la mirada perdida de tu apego,
descansas y fijas las pupilas en un rincón de silencio,
apagas el mando a distancia de los peores sentimientos,
y buscas cobijo en la cuna de tus diamantes internos.
Buscas miel y néctar en el primer dulce beso sediento,
rastreas en la cama todas las arrugas del cariño añejo,
perfilas la silueta y la belleza de las sombras en el techo,
esculpes las aristas del espacio olvidado y el tiempo muerto.
Prendes fuego con la rabia que destilan los recuerdos,
ardes con la furia de todo aquello que nunca fueron tus sueños,
pintas las paredes con la brocha de tus absurdos miedos,
y te das cuenta que nadie va a ocupar el vacío de tus huesos.
