No hay nada más reconfortante que sentir como que se amoldan a tus deseos Como te hacen la vida cómoda, se ajustan a tus formas,
Mi pasado se esfumó tras los pasos que ayer di. El presente, vive aquí, va caminando conmigo y al voltear aquella esquina,
¿quién no soporta al crítico? ¡el político! ¿quienes son los más mangantes? ¡los gobernantes! ¿quién del embuste es un artista?
MUSA ESTIVAL Las estrellas, testigos silencioso… parpadean con timidez en la noche… Sus destellos titilan en el lienzo… guiando mi sueño con su luz sempit…
¿Mejor, callar lo que pienso? ¿podría lamentarlo después? Sin reproches ni porqués voy a otorgar el dispenso, —aun pasando por menso—
¡Ya no nos quedan caminos! Con la cordura enclaustrada, la voluntad cercenada, un pensamiento mezquino torna el semblante cetrino.
Entregado al hedonismo prescindí de la templanza, ebrio de ira y soberbia ignoré toda prudencia perdí Fé y fortaleza,
La acción puede ser atroz siendo la intención pura y la palabra muy dura aunque dulce sea la voz. Ya está sufriendo temor
Hoy, rematando el último capitulo y en el umbral de uno nuevo, quiero detenerme un instante para abrazarte con palabras, con deseos que nacen del corazón vestidos de esperanza. Este año...
Tras el monte de la vuelta, laderas de Tacoronte, el vetusto y arcano sol al lubrican sumergido liba el brumoso horizonte.
No existe absoluta certeza, tampoco verdad concluyente, Hoy necesita la gente, quizás por naturaleza, sentir el apoyo, la fuerza
Disipados como niebla mis sueños con la alborada mueren, todo queda en nada mi cuerpo se encoge y tiembla. ¿cuándo la esperanza rebla,
Sin saber dónde me meto, traspaso el umbral sombrío y dejo mi verso desnudo en manos del albedrío. Me apasiona el desafío
Escribo para enmendar todos mis sueños rotos, invento una nueva vida que pongo en manos de otros. Tal vez, mi fragilidad
Viviendo estoy de limosnas de cariño que me das. Al pedirte algo más que desabridas lisonjas, me ofreces sólo toronjas