Al fondo resuena el silencio.
El eco de ese vacío infundado,
O de la felicidad casi absoluta...
Sin ser nunca suficiente.
Nunca lo es porque faltas
Al cariño desinteresado.
A la necesidad de ti,
Que siendo capaz de que florezca un jardín:
Olvidas echarle agua, a propósito.
Cuyo propósito desconozco,
Pero al amanecer deseo,
Que no muera el deseo
Por tu ego, o por mi ego.
Que si amas curas,
Que no dejes de intentarlo.
Que yo soy toda tuya,
Que lo sabes y lo sé.