Cargando...

Te enconté

A Bryan

Te encontré, cuando ya no buscaba nada...

Llevaba varios días huyendo del amor, pero encontré el tuyo, tirado en el suelo, pisoteado y amagado. Me miraste a los ojos y supiste de mis horas de insomnio, mal gastadas en ayeres... Miré los tuyos... y me perdí, caí en tu abismo y la Luna menguaba martes veinticinco.
Para entonces ya habías amanecido la oscuridad que me aguardaba...

Y con ese beso, primer beso, alumbraste la calle más oscura de mi vida... ese, de aliento dulce frío y seco, con el que borraste la amargura de toda despedida.

De ahí, que fui en tus ojos y sigo sin querer encontrar la salida de tu abismo –en el que me quedé recostada, esperando quererte por un buen tiempo...–
Condúceme en tu laberinto, amor mío.
Te regalo mi alma alborotada, guárdala entre tus entrañas y no dejes que salga, hasta que sea mañana mi última oportunidad agazapada...

Hacía frío, de casi invierno y te quedaste, volviéndote mi andar, y yo he de decirte; que con camino tan incierto, ya no quiero mirar hacia atrás. Me consumiste en un beso con sabor a olvido, me ofreciste la cura, y la tomé. Sólo intuyo que con pretensiones tan vagas, tú, la tomes también... sin prisas, tenemos tiempo, y yo esperaré...

18 Diciembre 2014

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Pawlina Shalin...



Top