Cargando...

A mi amada

Mira, mi bien, cuán mustia y deshojada
Está con el calor aquella rosa
Que ayer brillante, fresca y olorosa,
Puse en tu blanca mano perfumada.
 
Dentro de poco tornarase en nada:
No verás en el mundo alguna cosa.
Que a mudanza feliz o dolorosa
No se encuentre sujeta u obligada.
 
Sigue a las tempestades la bonanza,
Siguen al gusto el tedio y la tristeza;
Más perdona que tenga desconfianza
 
Y dude de tu amor y tu terneza,
Que habiendo en todo el mundo tal mudanza
¿Sólo en tu corazón habrá firmeza?
Otras obras de Plácido...



Top