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Cayó una hoja y dos y tres. Por la luna nadaba un pez. El agua duerme una hora
El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer
A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tard… Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida
En la casa se defienden de las estrellas. La noche se derrumba. Dentro, hay una niña muerta con una rosa encarnada
Hay dulzura infantil En la mañana quieta. Los árboles extienden Sus brazos a la tierra. Un vaho tembloroso
Ya viene la noche. Golpean rayos de luna sobre el yunque de la tarde. Ya viene la noche. Un árbol grande se abriga
Viento del Sur, moreno, ardiente, llegas sobre mi carne, trayéndome semilla de brillantes
La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. La rosa
Era mi voz antigua ignorante de los densos jugos amar… La adivino lamiendo mis pies bajo los frágiles helechos mojados… ¡Ay voz antigua de mi amor,
Este galapaguito no tiene mare; lo parió una gitana, lo echó a la calle. No tiene mare, sí;
Granada, calle de Elvira, donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas. Una vestida de verde,
En la mañana verde, quería ser corazón. Corazón. Y en la tarde madura quería ser ruiseñor.
Laoconte salvaje. ¡Qué bien estás bajo la media luna! Múltiple pelotari. ¡Qué bien estás
Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo.
Una rosa en el alto jardín que tú… Una rueda en la pura sintaxis del… Desnuda la montaña de niebla impre… Los grises oteando sus balaustrada… Los pintores modernos en sus blanc…