#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
El émbolo brillante y engrasado embiste jubiloso la ranura y derrama su blanca quemadura más abrasante cuanto más pausado. Un testigo fugaz y disfrazado
Poco interés presentan estas cosas para un Concilio, que otras más ur… —la talla de los ángeles, las fuen… del Edén–, y sin duda, más valiosa… apremian sin cesar. Insisto empero
El coro de sopranos pintarrajeados entona tu loa: “Te comiste un Zohar te comiste un Corán.” Y de tu mano de azogue
Las húmedas terrazas dominaban el templo, la planicie entre dos m… superpuestas, azules, triangulares… Simétricas estatuas deslizaban sus fragmentos de mármol por la ni…
Tanto arder, tanto valor tanto ataque y retirada ante ese umbral en que nada alivia más el dolor que su incremento. O mejor:
Ni la voz precedida por el eco ni el reflejo voraz de los desnudo… cuerpos en el azogue de los mudos cristales, sino el trazo escueto,… las frutas en la mesa y el paisaje
Escritos en el suelo han quedado l… Y en los mosaicos de piedra roja el estampido de los rostros de oro… La humedad ha cubierto los frescos… En la escalera
Ya lo ves, de aquella brasa cuyo ardor te calcinó, saciado, sólo quedó dispersa ceniza escasa. Muda inconstancia que abraza
Estoy tan confundido que en el aire empañado veo un esp… que la luz se me rompe en las pupi… cuando los ciegos cantan en el met… Que salgo al cielo tenso de la cal…
La letra con sangre entra como el amor. Mas no dura en el cuerpo la escritura, ni con esa herida encuentra paz el amante. Se adentra
La presencia del poeta, del creador occidental en Oriente, no puede evaluarse, como se ha hecho con excesiva frecuencia, por su adhesión a una religión—casi siempre brahamanismo edulcor...
Tu cuerpo se recortaba contra la persiana oscura trazando una línea pura –la del torso– que ondulaba con tus gestos. La chilaba
Le pusiste a Medea una falda de e… De Flora enderezaste el tacón jor… No hay rima de tu verso que no rom… ni estrofa en que no vuele un zunz… La distancia no existe. Abres una…
¿Por qué el Oriente, en tus libros? La pregunta cae, metalizada en el auricular, como una moneda que rebota en la obscuridad y sigue, en el embaldosado, la diagonal del alfil. La pregun...
La menta y las alhajas funerarias,… los últimos children pets. Combate… la música del río respirante, arra… de las grúas mohosas el estrépito… van creciendo entre cacharros y la…