#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
La pared cruje. Grieta en lo blanco. Allá va, desunido, el cuarto. Detrás del tragaluz
La transparente luz del mediodía filtraba por los bordes paralelos de la ventana, y el contorno de lo… frutos –o el de tu piel– resplande… El sopor de la siesta: lejanía
Ni la voz precedida por el eco ni el reflejo voraz de los desnudo… cuerpos en el azogue de los mudos cristales, sino el trazo escueto,… las frutas en la mesa y el paisaje
En el Zoco Chico, plaza de la Medicina de Tánger, Roland Barthes reconoció el «lugar de la escritura». ¿Cuáles son las coordenadas de ese sitio? España, allí, se ve «desde abajo», como ...
Abierta, no, entrejunta. Esa ranura mira. Detrás de lo blanco, blanco.
Las galaxias parecen alejarse unas… considerables. Las más lejanas huyen con la acele… treinta mil kilómetros por segundo… próxima a la de la luz.
Que en Cuba hay pintura, que existe lo que tanto se ha temido llamar pintura cubana, y que no queda espacio ya para los intelectuales derrotistas que, de espaldas a los postulados básic...
Que se quede el infinito sin estre… que la curva del tiempo se enderec… Y pierda su fulgor, cuando se mece un planeta en su abismo y en las h… del estallido primordial. Aquellas
Cuerpo con cuerpo: las pieles se aproximan y se alejan entre espejos que reflejan su deseo. No develes la imagen –esos laureles
¿Por qué el Oriente, en tus libros? La pregunta cae, metalizada en el auricular, como una moneda que rebota en la obscuridad y sigue, en el embaldosado, la diagonal del alfil. La pregun...
No hay nada permanente ni veraz, ni ajeno al deterioro y la vejez. Se disuelve lo que es en lo que no… y en el iris todo lo que verás. El sujeto no es uno; sino un haz
Sobre la mesa en que estoy sentado hay un enorme tratado de pintura. Digo, parangonando la frase de un personaje de Cocteau, que los críticos siempre terminan por comunicar un desorden ...
Oye, qué acordeones falsos. La lucidez, el muro blanco, (la voz gangosa del disco) rayado, un leopardo arisco preso entre los hilos rojos.
¡No es cierto lo que dicen! No he matado a cien personas. Sólo a unas cuarenta, y otras veinte torturadas... es decir, veintidós, porque había dos niños, ahora que recuerdo. Pues bien, ...
Caminando por siete mundos, Recostado a un silencio, Que no hay voz que lo rompa, Ni ser que lo divida, Inestable e inexacto,