Para que tú no veas las rosas que haces crecer, cubro mi cuerpo de cenizas... De ceniza parezco toda, yerta y gris a la distancia; pero, aun así, cuando pasas cerca, tiemblo de que me delate el jardín, la sofocada fragancia.
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Hueles a rosa y se te abre en rosa toda el alma rosada: ¿De qué rosal celeste desprendida viniste a rozar, Rosa, mi alma? Rosa, lento rosario de perfumes...
La tierra se va cansando, la rosa no huele a rosa. La tierra se va cansando de entibiar semillas rotas, y el cansando de la tierra
Ayer me bañé en el río. El agua e… El agua estaba fría; chocaba contr… Y mientras todo el río iba pasando…
Quiere el Amor Feliz –el que se p… poco...– arrancar un verso al alma… ¿Cuándo la miel necesitó dulzura? ¿Quién esencia de pomo echa en la… Quédese en hojarasca temblorosa
Muchas cosas me dieron en el mundo…
Eras frágil como la caña ya cascada; débil como la mecha que aún humea. Por encima de los días, meses, años –y un solo gris infinito– que han pasado sobre tu recuerdo, no me queda de ti...
Hasta los lirios están sujetos a t…
No te nombro; pero estás en mí com… aunque no esté cantando.
Afílame las alas, afilador de rued… No tienes alas; lo creíste acaso p… Afílame la espada, afilador del si… ¿Y dónde está tu espada? No la ti… Afílame la pluma, afilador del pie…
Vivía –pudo vivir– con una palabra… Murió con la palabra apretada entr… Echaron tierra sobre la palabra. Se deshicieron los labios bajo la… ¡Y todavía quedó la palabra apreta…
De todo cuanto han hecho los hombres, nada amo más que los caminos. Ellos son la lección de humildad útil, de mansedumbre cristiana que nos encarecen los libros de piedad. Los caminos s...
Todos los días, al obscurecer, ella sale a encender su lámpara para alumbrar el camino solitario. Es aquel un camino que nadie cruza nunca, perdido entre las sombras de la noche y a ple...
En la lluviosa tarde del otoño vam… El viento hace volar las verdes ca… Qué viento tan crudo el de este ot… Los muertos deben tener frío... Pero yo tengo la primavera. ¡Toda…
Yo no digo el nombre, pero está en… Yo no digo el nombre, pero lo dice… No lo digo; pero, si lo dijera, te… No lo digo, pero no hay para mí, e… Y nada llamo, y nada digo, y nada…
De tierra crece la montaña. De paciencia de tierra, pulgada por pulgada, o de crispadura de tierra que empuja hacia arriba el fuego de adentro, o del espasmo doloroso de la tierra joven...