(Canción infantil)
#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
Con los colores del Quiero en la inquietud—pentagrama— una escala me improviso: do re mi fa sol la si... Y con la unidad del Sí
Cuando en el río helado del espejo vierto la soledad de mi figura, miro cómo afanosa mi criatura se quiere desprender del hombre vi… Es la batalla en que sin miedo dej…
Caiga el polvo habitual de la mira… la sombra veladora de las cosas, y desvestidas quédense las rosas y desnuda la voz enamorada de un arpa con las cuerdas de diam…
María Belén, María Belén, María… María Belén Chacón, María Belén… con tus nalgas en vaivén, de Camagüey a Santiago, de Santia… En el cielo de la rumba,
El pie en el primer estribo Del viaje inicial. En los ojos, en los ojos ¡qué mundos de maravilla! Y la primera mirada
Ya sólo soy la sombra de tu ausenc… una oscura mitad que se acostumbra… dulce granada abierta en la penumb… madura a tu rigor. Sorda existenci… Desmayado vivir, ciega obediencia
¿Adónde vas, Tardecita, tarde de curvas alegres, vestida de sol y brisa con anchos vuelos de música? ¿Adónde, adónde vas, Tarde?
A través de su reja mi ventana mide el paisaje, pauta la distanci… y no opone pared a la fragancia que de la rosa virginal emana. Si pierde en infinito es porque ga…
Calabó y bambú Bambú y calabó El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú. La Gran Cocoroca dice: to-co-tó. Es el sol de hierro que arde en T…
Estarme aquí quieto, germen De la canción venidera —íntegro, virgen, futuro. Estarme dormido —íntimo— En tierno latir ausente
Descalza arena y mar desnudo. Mar desnudo, impaciente, mirándose… El cielo continuándose a sí mismo, persiguiendo su azul sin encontrar… nunca definitivo, destilado.
Deja que en el soneto me consuma igual que el Ave Fénix en la llam… El humo, hermano errante de la bru… dará al cielo noticia de mi drama. Deja que la resina que rezuma
Despierto es el embozo de sonrisa que el abanico de una estrella vel… mientras el ojo caricioso cela el paisaje vestido de su brisa. Alegría inefable; alma indivisa
Desato mis sentidos en la tarde a pastar la inocencia del paisaje. Mis pupilas inquietas van de viaje… mis canciones taladran lejanías. Y regreso—halconero de mis sueños—
¿Cómo te llamas, noche de esta noc… Dime tu nombre. Déjame tu santo y seña para que yo te reconozca siempre