#EscritoresArgentinos
Sobre las mesas, botellas decapitadas de «champagne… baldes de níquel que trasuntan enf… El bandoneón canta con esperezos d… contradice el pelo rojo de la alfo…
Me parece que vivo, que estoy entre los ruidos, que miro las paredes, que estas manos son mías, pero quizás me engañe
Este clima de asfixia que impregna… de una anhelante angustia de pez r… Este hedor adhesivo y errabundo, que intoxica la vida y nos hunde en viscosas pesadillas…
mi lubidulia mi golocidalove mi lu tan luz tan tu que me enluci… y descentratelura y venusafrodea
Y de los replanteos y recontradicciones y reconsentimiento sin o con senti… y de los repropósitos y de los reademanes y rediálogos i…
¡Azotadme! Aquí estoy, ¡azotadme! Merezco que me azoten. No lamí la rompiente,
Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho. Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa. La sombra de los toldos. L...
La noche, navegando como ayer, como siempre, por aguas de silencio, de calma,
No estoy. No la conozco. No quiero conocerla. Me repugna lo hueco, la afición al misterio,
Con mi yo y mil un yo y un yo con mi yo en mí yo mínimo larva llama lacra ávida
Y para acá o allá y desde aquí otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin alie… y del principio o término del prec… hasta el extremo o medio o resurre…
Automóviles afónicos. Escaparates constelados de estrellas falsas. Mujeres que van a perder sus sonrisas al bacará. Con la cara desteñida por el tapete, los croupiers ofician, los ojos...
Nunca he dejado de llevar la vida humilde que puede permitirse un modesto empleado de correos. ¡Pues! mi mujer —que tiene la manía de pensar en voz alta y de decir todo lo que le pasa p...
Me derrumbé, caía entre astillas y huesos, entre llantos de arena y aguaceros de vidrio,
Toco toco poros amarras calas toco teclas de nervios