(Poesía infantil)
#EscritoresEspañoles
¡Qué barullo en la herida!... ¡Qué suerte si esto que siento fue… y se me quitara bebiendo un vaso d… Es entonces cuando llueve tristeza para ahogar en mi boca
La mujer rana y el hombre rana se casaron y en vez de tener perdices tuvieron tres renacuajos.
No te duermas, Hijo, que están los pastores. Ellos te traen quesos, ellos te traen flores. Hijo, no te duermas,
Soy alta; en la guerra llegué a pesar cuarenta kilos. He estado al borde de la tuberculo… al borde de la cárcel,
Se suicidó la estatua del dictador. La estatua vivía en el centro del… Una noche de viento la estatua se lanzó al agua.
Cristales de tu ausencia acribilla… que se esparce en la noche por el glacial desierto de mi alco… —Yo quisiera ser ángel y soy loba—… Yo quisiera ser luminosamente tuya
Aún te veo, río de mi vida, con los ojos que miran las montaña… Yo era una montaña con almendros montaña solitaria. Y viniste alegre con tu canto
El burro nunca dejará de ser burro… Porque el burro nunca va a la escu… El burro nunca llegará a ser cabal… El burro nunca ganará carreras. ¿qué culpa tiene el burro de ser b…
Qué amor más sano había entre el ciervo y aquella gacelill… Se encontraban al alba junto al la… se corrían saltando todo el día. Su amor fue como el agua del arroy…
Lo importante de un niño no es que sea un empollón y recite como un loro sin entender la lección. Lo importante de un gato
¿Dónde está Dios?... Se ve, o no… Si te tienen que decir dónde está… De nada vale que te diga, que vive… Que Dios está en las flores y en… en los pájaros y en las llagas, en…
Duérmete, mi gata Chundarata, se han dormido los juguetes y tú sigues dando la lata. Duérmete, que es la una. Duérmete, mi cascabel
Los pájaros anidan en mis brazos, en mis hombros, detrás de mis rodi… entre los senos tengo codornices, los pájaros se creen que soy un ár… Una fuente se creen que soy los ci…
Gloria Fuertes nació en Madrid A los dos días de edad, Pues fue muy laborioso el parto de… Que si se descuida muere por vivir… A los tres años ya sabía leer