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Salamandra

a ese día en que ‘casi’ muero, pero no. ¿NO?

...
Tienes un firme oído de estanque
y una pila de oro
tu alma es de toronjil acabado
y una sedienta pólvora tienes en tus piernas; me
dejaste abierto y sólido, miles de hojas
de sol machacadas en la plaza
estoy alzado en rubí, gracias por la cena
en manantial y en la hojarasca: el río pasa a tu espalda
y la miel se desenrolla con suaves pasos
en mi escama;
niño de antorcha. Somos dos varones de granizo.
 
Si revisas en tu alma
verás que tengo aún una moneda tuya.
Tengo en mi sexo
tu carnet de la universidad y tu almohada;
mira tu casa, encuentras tu foto?
Tengo yo en mi bolsillo tu cara de aguardiente
y en mi billetera una línea de duraznos.
 
Anda, revisa tu cuarto
¿encuentras tu pase a la U del valle?
 
Tengo yo tu foto sin eco
y tu pulso desdoblado.
Tengo tu carnet que se ciñe a mi sueño
y no preguntes como
               —me lo robé en Cuenca—
en esa noche que yo fagocitaba como pez
y tu dormías como una lámpara mojada en la sombra.
Preferido o celebrado por...
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