José  El Poeta Enamorado

la isla de los sentimientos

Erase una vez una isla donde habitaban todos
los sentimientos:
la Alegría, la Tristeza y muchos más,
incluyendo el Amor.
Un día, se les fue avisando a los moradores,
que la isla se iba a hundir.
Todos los sentimientos se apresuraron a salir
de la isla, se metieron en sus barcos y se
preparaban a partir, pero el Amor se quedó,
porque se quería quedar un rato más con la
isla que tanto amaba, antes de que se
hundiese.
Cuando por fin, estaba ya casi ahogado, el
Amor comenzó a pedir ayuda.
En eso venía la Riqueza y el amor dijo:
¡Riqueza, llévame contigo!
No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco,
no tengo espacio para ti, dijo la riqueza.
El Amor le pidió ayuda a la Vanidad, que
también venía pasando: ¡Vanidad, por favor
ayúdame!
No te puedo ayudar, Amor, tú estás todo
mojado y vas a arruinar mi barco nuevo.
Entonces, el Amor le pidió ayuda a la Tristeza:
Tristeza, me dejas ir contigo?
Ay Amor, estoy tan triste que prefiero ir sola.
También pasó la Alegría, pero ella estaba tan
alegre que ni oyó al Amor llamar.
Desesperado, el Amor comenzó a llorar, ahí fue
cuando una voz le llamó: Ven, Amor, yo te
llevo. Era un viejito, y el Amor estaba tan feliz
que se le olvidó preguntarle su nombre.
Al llegar a tierra firme, le preguntó a la
Sabiduría: Sabiduría, ¿quién es el viejito que
me trajo aquí?
La Sabiduría respondió: Es el Tiempo.
¿El Tiempo? Pero, ¿por qué sólo el Tiempo me
quiso traer?
La Sabiduría respondió: Porque sólo el Tiempo
es capaz de ayudar y entender al Amor.

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