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José Antonio Ramos Sucre

José Antonio Ramos Sucre poeta, educador y diplomático venezolano. Considerado uno de los más destacados escritores e intelectuales de la historia literaria del país. Primeros años Nace en Cumaná Edo. Sucre el 9 de junio de 1890. Hijo de Jerónimo Ramos Martínez y de Rita Sucre Mora, sobrina del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Aprende sus primeras letras en Cumaná en la escuela Don Jacinto Alarcón. En 1900 es enviado a Carúpano para ser educado por su padrino y tio paterno, el historiador y letrado, presbitero Jose Antonio Ramos Martinez, quien lo inicia en el latín y los libros, pero también lo aparta de los juegos infantiles. En 1902 muere su padre. En 1903 después de la muerte del tio regresa a su hogar en Cumaná. Estudios En su ciudad natal estudia en el Colegio Nacional de Cumaná, hoy Liceo Antonio Jose de Sucre, dirigido entonces por Don José Silverio González Varela. En 1908, por sus dotes excepcionales, es nombrado su asistente. En 1910 se gradúa de bachiller en Filosofía, viajando de inmediato a Caracas para iniciar en la Universidad Central de Venezuela sus estudios de Derecho y Literatura y continuar aprendiendo idiomas (griego antiguo y moderno, francés, inglés, italiano, portugués, alemán, danés, sueco y sánscrito). Al ser cerrada la universidad por el gobierno del General Juan Vicente Gómez, se ve obligado a continuar los estudios por su cuenta. Graduado de abogado en la UCV en 1917 y posteriormente de Doctor en Leyes en 1925, no ejerce esta profesión sino que se gana la vida como profesor de Historia y Geografía Universal, Historia y Geografía de Venezuela, Latín y Griego, en liceos de educación media, como el Liceo Caracas, hoy llamado Liceo Andrés Bello. Asimismo desde 1914 trabaja como intérprete y traductor en la Cancillería. Escritos Desde 1911 se da a conocer como poeta publicando en casi todas las revistas y diarios, sobre todo en El Universal, donde aparecieron al menos 108 de sus poemas en prosa. Reúne su obra en Trizas de papel (1921), Sobre las huellas de Humboldt (1923), ambos integrados a La Torre de Timón (1925), en 1929 publica juntos dos libros distintos, Las formas del fuego y El cielo de esmalte. Hombre de carácter solitario e introvertido, se dedica al estudio y a la lectura, así como a su obra poética, pero su labor intelectual es seriamente perturbada por una enfermedad nerviosa que se manifiesta en un frecuente estado de insomnio. En ese estado febril recorre las calles de la ciudad en horas nocturnas. En sus textos expresa el sufrimiento que le produce su cada vez más pronunciada fatiga mental. Afirma que el contexto artístico e intelectual venezolano es mediocre, retórico y conformista, apegado a formas estéticas degradadas. Contra esto, Ramos Sucre innova en el campo de la poesía al ser uno de los primeros venezolanos en cultivar el poema en prosa, así como el uso de varias voces poéticas en lugar del "yo" único e inmutable. Muerte El 13 de junio de 1930 durante un viaje diplomático en la ciudad de Ginebra, se suicida al tomar una sobredosis de veronal. Su obra, al no poder ser catalogada dentro de las corrientes literarias de su tiempo, no será tomada en cuenta hasta casi medio siglo después, cuando se le reconoce como uno de los poetas más originales y avanzados de siglo XX venezolano. Sus cartas y otros escritos son publicados mucho después de su muerte, en un volumen titulado Los aires del presagio. Su poesía en muchas ocasiones ha sido calificada de "pre-vanguardista", de hecho, colaboró con el único número de la revista Válvula, uno de los principales órganos de la vanguardia del país. Salvo la coincidencia temporal con otros autores de la misma época, la obra de Ramos Sucre no puede clasificarse en un movimiento determinado. son los escritores de los grupos Sardio y El techo de la ballena los que, durante la década de los 60, rescatan su obra y la dan a conocer como una poesía que desafía la división rígida del género. En 2006, el escritor venezolano Rubi Guerra recibió el Premio de Novela Corta Rufino Blanco Fombona por su novela La tarea del testigo (Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana, 2007), basada en los últimos meses de Ramos Sucre en Europa. Referencias Wikipedia—http://es.wikipedia.org/wiki/José_Antonio_Ramos_Sucre

Enrique González Rojo

Semblanza Por Graciela González Phillips Enrique González Rojo Arthur nació en México, D.F., el 5 de octubre de 1928 en un ambiente rodeado de libros. Como él mismo cuenta, poco después de haber nacido sobrevino un temblor y se cayeron dos tomos de la Enciclopedia Británica en su cuna y por poco fue víctima de un "Enciclopediazo". Pero esta no fue la única razón por la cual ha dedicado gran parte de su vida a la lectura y escritura de libros. El ambiente le fue propicio. La educación del abuelo y del padre -sobre todo del primero- sembraron en Enrique una afición y un gran placer por la cultura. Desde muy jóven, cuando su abuelo le preguntaba por un libro, sabía en dónde encontrarlo en la biblioteca. Se había convetido en el librero de la casa. Más tarde expresaría claramente cómo esta devoción determinaría su entorno: ha vivido en bibliotecas que tienen casa, no en casas que tienen biblioteca. Desde la muerte del abuelo y en plena juventud, se afanó en el magisterio. En 1959 obtuvo el grado de maestro en filosofía con una tesis llamada: "Anarquismo y materialismo histórico":, cuyos planteamientos el autor ha modificado y superado. Enrique también realizó los estudios del doctorado en filosofía. Ha residido siempre en el Distrito Federal, a excepción de dos años que vivió junto con su familia en Morelia, Michoacán, donde fue invitado a colaborar como profesor de tiempo completo en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Además del magisterio, Enrique se ha dedicado preferentemente a la literatura, a la filosofía y a la militancia política. Después de haber superado hace dos años una grave enfermedad, se encuentra en una de las épocas más prolíficas de su vida, sumando a su afán de escribir sus antiguos gustos por la múscia y el cine, pero ahora con mayor tiempo y disposición. Dijimos con anterioridad que los cuatro pilares de Enrique González Rojo son el magisterio, la literatura, la filosofía y el compromiso político, y nos parece importante señalar que estas partes se interfluyen a lo largo de sus obras. Es evidente que la claridad con que expresa sus ideas se debe a su larga práctica magisterial, que su poesía enarbola motivos filosóficos y políticos sin perder su estructura poética; también que sus escritos filosóficos toman como tema la poesía o la política y sus ensayos políticos se apoyan en concepciones filosóficas y están pertrechados de su estilo literario. De estas pasiones se hablará a continuación. Referencias http://www.enriquegonzalezrojo.com/semblanza.php

José Eustasio Rivera

José Eustasio Rivera Salas (February 19, 1888 - December 1, 1928) was a Colombian lawyer and poet primarily known for his national epic The Vortex. José Eustasio Rivera was born on February 19, 1888 in Aguas Calientes, a hamlet of the city of Neiva, later that year the hamlet was incorporated into the newly created municipality of San Mateo, which was later renamed Rivera in honour of José Eustasio. His parents were Eustasio Rivera Escobar and Catalina Salas, and he was the first boy and fifth child out of eleven children, out of which eight made into adulthood, José Eustasio, Luis Enrique, Margarita, Virginia, Laura, Susana, Julia and Ernestina.[1] In spite of his family's economic situation, he received a catholic education thanks to the help of other relatives and his own efforts. He attended Santa Librada school in Neiva and San Luis Gonzaga in Elías. In 1906 he received a scholarship to study at the normal school in Bogotá. In 1909, after graduating, he moved to Ibagué where he worked as a school inspector. In 1912 he enrolled at the Faculty of Law and Political Sciences of National University, graduating as a lawyer in 1917. Career After a failed attempt to be elected for the senate, he was appointed Legal Secretary of the Colombo-Venezuelan Border Commission to determine the limits with Venezuela, there he had the opportunity to travel through the Colombian jungles, rivers, and mountains, giving him a first hand experience of the subjects he would later write. Disappointed with the lack of resources offered by his government for his trip, he abandoned the commission and continued travelling on his own. He later rejoined the commission, but before that he went to Brazil, where he became acquainted with the work of important Brazilian writers of his time, particularly Euclides da Cunha. In this venture he became familiar with life in the Colombian plains and with problems related to the extraction of rubber in the Amazon jungle, a matter that would be central in his major work, La vorágine (1924) (translated as The Vortex), now considered one of the most important novels in Latin American literary history. To write this novel he read extensively about the situation of rubber workers in the Amazon basin. After the success of his novel, he was elected, in 1925, as a member for the Investigative Commission for Exterior Relations and Colonization. He also published several articles in newspapers in Colombia. In these pieces, he criticized irregularities in government contracts, and denounced the abandonment of the rubber areas of Colombia and the mistreatment of workers. He also publicly defended his novel, which had been criticized by some Colombian literary critics as being too poetic. This criticism would be largely silenced by the wide praise the novel was receiving everywhere else. Death Rivera had arrived in New York the last week of April 1928 in the hopes of translating his novel into English, publishing it in the United States, and turning it into a motion picture film with the goal of exporting Colombian culture abroad. His venture, albeit riffled with difficulties, was moving along when on November 27 he suffered an attack of seizures and was taken to the Stuyvesant Polyclinic Hospital where he remained for four days in a comatose state until his death on December 1, 1928. After his death, his body was transported by ship from New York to Barranquilla on the United Fruit Company's ship the Sixaola. At his arrival on port, his body was transported in procession to the Pro-Cathedral of Saint Nicholas of Tolentino where a requiem mass was given and the body laid in chapelle ardente. The casket then made its way down the Magdalena onto Bogotá on the mail steamship Carbonell González, arriving in Girardot and finishing by train to arrive in Bogotá on January 7, 1929 and was taken directly to the Capitolio Nacional where it was placed lying in state for public viewing. His body was finally laid to rest in the Central Cemetery of Bogotá on January 19. Selected works * La Vorágine [The Vortex]. Bogotá: Pontifical Xavierian University. [1924]. * Tierra de Promisión [Promised Land]. Bogotá: Pontifical Xavierian University. [1921]. References Wikipedia - http://en.wikipedia.org/wiki/José_Eustasio_Rivera

Julio Flórez Rea

Julio Flórez Rea (Chiquinquirá, Boyacá, 22 de mayo de 1867 - Usiacurí, Atlántico, 7 de febrero de 1923) fue un poeta colombiano. Primeros años A los 7 años escribió sus primeros versos conocidos. En 1881 ingresó a estudiar Literatura al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Bogotá, pero no culminó sus estudios debido a la guerra civil de 1885. Su padre fue político liberal, Gobernador del Departamento de Boyacá y Representante a la Cámara. Su hermano Leónidas fue herido gravemente en una manifestación y falleció 4 años después por las secuelas. Julio mismo era un liberal convencido y a pesar de su difícil situación económica rechazó varias veces posiciones ofrecidas por el gobierno conservador, como un cargo en la Biblioteca Nacional o un consulado en el exterior. Amigo de otros dos grandes poetas de la época: Candelario Obeso y José Asunción Silva. Candelario era repudiado por la aristocracia por ser de raza negra y por rechazar los reglamentos impuestos por la iglesia Católica y la sociedad bogotana. En 1884 se suicidó y en su sepelio, Julio Flórez, de sólo 17 años, exaltó su memoria en versos emocionados. Es uno de los más grandes poetas de Colombia, además de ser considerado en su tiempo y por varias décadas después como el poeta popular por excelencia del país. Del exilio al triunfo En 1905, el dictador Rafael Reyes «le aconsejó» irse del país, ante «la ola de murmullos contra él», que lo señalaban como «sacrílego, blasfemo y apóstata». Flórez marchó a Caracas (Venezuela), donde publicó Cardos y lirios y La Araña. Luego viajó por varios países de Centroamérica hasta México. En El Salvador publicó Manojo de zarzas y Cesta de lotos. El exilio fue el trampolín del éxito, la fama de Flórez se hizo internacional y ocurrió lo inesperado: en 1907 su enemigo, el presidente Reyes, lo nombró segundo secretario de la Legación de Colombia en España y Flórez aceptó. Publicó Fronda Lírica, en Madrid en 1908, y Gotas de Ajenjo, en Barcelona en 1909, año en que regresó a Colombia, presentando un recital en Barranquilla. Últimos años A su regreso en 1909 a Colombia, Flórez se retiró al municipio de Usiacurí, en el departamento del Atlántico, a tomar una cura de sus aguas medicinales. En ese pueblo se enamoró de una colegiala de 14 años de edad, Petrona, con quien comenzó un idilio, quedándose a vivir en este sitio por el resto de su vida, salvo algunas salidas esporádicas para realizar funciones o por enfermedad. En 1910 regresó a Bogotá, donde se presentó en una función en el Teatro Colón, durante las celebraciones del primer centenario de la Independencia de Colombia. Luego de esta presentación, Flórez se ausentó de la capital, a la que regresó en muy contadas ocasiones para ofrecer recitales poéticos, del mismo modo como lo hizo en todo el país, y más frecuentemente en la vecina ciudad de Barranquilla. En la aldea de Usiacurí llevó una vida de hogareña, al lado de su esposa Petrona y sus cinco hijos: Cielo, León Julio, Divina, Lira y Hugo Flórez Moreno. Para el mantenimiento de la familia, se dedicó a labores agrícolas y ganaderas a pequeña escala. En esa época le inicio una enfermedad de la cual no se tiene certeza, pero se cree que se trato de un cáncer que le deformo el rostro afectándole la mandíbula izquierda y dificultándole el habla. Falleció el 7 de febrero de 1923 en este poblado a la edad de 55 años. Obra La obra de Julio Flórez consta de diez libros: * Horas * Cardos y lírios * Gotas de ajenjo * Cesta de lotos * Manojo de Zarzas * Haz de espinas * Flecha roja * De pie los muertos * Fronda lírica * Oro y ébano Las poesías más destacadas Mis flores negras, La araña, Idilio eterno, Abstracciones, Resurecciones, La voz del río, Reto, Altas ternuras y Oh poetas, entre otras, son consideradas clásicos de la literatura colombiana. La Gruta Simbólica La Gruta Simbólica fue una tertulia "de errátil asiento", de la que Julio Flórez fue un importante y activo miembro, además de ser uno de sus fundadores. Allí iba, entre rasgueos de tiple, bandola y guitarra, en busca de los manjares criollos y de dorados y diamantinos licores, la bohemia santafereña de mil novecientos. La Gruta Simbólica convocó a lo largo de un quinquenio -sobre poco más o menos- a unas setenta personalidades de la más heterogénea condición. Luis María Mora, llamado "Moratín", narró los acontecimientos que dieron lugar a la fundación de esta tertulia: «... Una noche, cuya fecha nadie podría recordar con precisión, andábamos sin salvoconducto unos cuatro amigos que veníamos de una exquisita cuchipanda, a las cuales eran muy aficionados los literatos de entonces, con pocas excepciones. Era arte muy divertido, peligroso y nuevo ese de sacarle el cuerpo a las patrullas de soldados que rondaban las calles en persecución de sediciosos y espías, cuando de súbito caímos en poder de una ronda. Componían el grupo Carlos Tamayo, Julio Flórez, Julio de Francisco, Ignasio Posse Amaya, Miguel A. Peñarredonda, Rudesindo Gómez y el humilde autor de esta croniquilla, a los pies de vuestras mercedes. No podíamos andar la noche por desafectos al gobierno, y no nos quedaba más remedio que pasarla en un cuartel, cuando menos. De pronto Carlos Tamayo les dijo a los de la ronda: "Señores, tenemos un enfermo grave; vamos en busca de un médico; acompáñenos hasta la casa a llamarlo. Aquí no más es." El oficial consintió en ello. Golpeamos a la ventana de la casa de Rafael Espinosa Guzmán, y apenas asomó éste, Tamayo le dijo: "Doctor ábranos que tenemos un enfermo grave como usted lo ve (y señaló con disimulo a los soldados). Es preciso que vaya a la casa." "Lo haré enseguida (contestó con gravedad el doctor); pero sigan entre tanto." Así lo hicimos y nos quedamos hasta las del alba. Estaban de visita allí aquella noche don Luis Galán y don Pedro Ignasio Escobar. Había necesidad de emplear lo mejor que se pudiese las horas que quedaban hasta el amanecer, y preparamos una alegre tenida. A favor del delicioso vino con que nos regaló el dueño de la casa, recitamos versos, improvisamos un satírico sainete político, cantamos y reímos y olvidamos nuestra pasada cuita con la ronda. Resolvió entonces Reg que hiciéramos nuevas y frecuentes reuniones en su casa, y así, ni una coma más ni una menos, fue como quedó desde esa noche fundada la Gruta Simbólica.» Moratín narró también las nocturnas expediciones que el grupo de la Gruta Simbólica, presidido por Julio Flórez, hacía al Cementerio Central de Bogotá: «Un grupo de soñadores, músicos y poetas, al frente del cual iba él (Julio Flórez), se dirigía al camposanto a eso de la media noche, en las más espléndidas ascensiones de la luna. El grupo salvaba la verja, tomaba el vial del Torreón de Padilla y penetraba en los osarios. Una melancólica música de instrumentos de cuerda sonaba en la cripta. Algunas aves sacudían las alas en los cipreses; cruzaban de lejos las luciérnagas de los fuegos fatuos y la luna iluminaba los mármoles de las tumbas. ¡Eran confidencias con los sepulcros! ¡Eran singulares serenatas a los muertos! Algunos inclinaban la frente contra los troncos de los árboles, y meditaban. Algunas veces Julio Flórez recitaba sus versos a Silva. Luego el grupo tornaba a la ciudad antes que los sorprendiese la claridad del día, y así terminaban las extravagantes visitas a tantos seres idos, ya libres de las cadenas de la carne.» Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Flórez

Elvio Romero

Elvio Romero (1926-2004), Nacido en Yegros, Paraguay, en 1926, se sitúa entre una (la del ‘40) y otra generación (la del ‘50), en la historia de la poesía paraguaya del presente siglo. Infancia y juventud Muy joven, se integró a la promoción de Hérib Campos Cervera, Josefina Plá, Augusto Roa Bastos, que habría de renovar la literatura paraguaya. Fue el más importante, combativo, brillante y talentoso poeta paraguayo del Siglo XX. El crítico y estudioso brasileño Walter Wey escribe, ya en 1951: “El astro del joven poeta es varonil, fuerte e incisivo. Y el estilo, a pesar de ser a veces tosco, duro, de poca vibración, le sirve maravillosamente para los temas de visiones trágicas, de muerte violenta y de hambre y de horizontes desolados... Estamos seguros de que su mensaje, una vez madurado en la experiencia, podrá revelarnos algo sorprendente”. Su trayectoria Militante comunista, luego de la guerra civil de 1947 se ve forzado, con escasos 21 años, y como tantos otros, a abandonar a la que él mismo llama “nuestra profunda tierra”. Desde entonces y hasta su fallecimiento, no volvió a residir en el Paraguay. Viajó incansablemente alrededor del mundo. Jamás olvidó a su patria y a los suyos y las inflexiones de su voz, al decir como pocos poetas su propia poesía, tienen un timbre inconfundiblemente paraguayo. Desempeñó tareas editoriales, pronunciado recitales y conferencias en varios centros culturales de América y Europa. El gran novelista guatemalteco Miguel Ángel Asturias, premio Nobel de literatura en 1967, en la presentación del libro de Romero “El sol bajo las raíces” (1956), brinda un maravilloso recado acerca del poeta y su obra: “Lo que caracteriza la poesía de Elvio Romero es su sabor a tierra, a madera, a agua, a sol, el rigor con que trata sus temas, no abandonándose ni un solo momento a la facilidad del verso, y el querer interpretar el drama de su país joyoso de naturaleza y triste de existencia, como muchos de nuestros países. Pocas voces americanas tan hondas y fieles al hombre y sus problemas, y por eso universal. Poesía invadida, llamo yo a esta poesía. Poesía invadida por la vida, por el juego y el fuego de la vida. Pero no la vida como la concibe el europeo, chato siempre ante nuestro mundo maravilloso y mágico, sino como la concebimos nosotros. Elvio Romero, como todos los auténticos poetas de América, no tiene que poblar un mundo vacío con su imaginación. Ese mundo ya existe. Interpretarlo es su papel, lo real es lo poético en América, no lo imaginado o ficticio. Y por eso se nos queda tanta geografía dispersa en flores, en astros, en piedras, en aves, cuando leemos los poemas de este inspirado poeta paraguayo. Por los intersticios de tanto prodigio como va cantando, se escapa el dolor de los pueblos, gemido y protesta, pero también esperanza y fe. Pero estos sentimientos y pensamientos nacidos del paisaje que se torna lúcido y que por momentos llegan a ser opresores, son rotos por el poeta que los “nombra”. Romper el encantamiento “nombrándolos” es el arte de Elvio Romero, el encantamiento natural, ya que son transpuestos a sus poemas en el logro de otro encanto, el de la poesía, el sobrenatural. Sobre la naturaleza van sus versos arrastrando raíces de sangre viva, de vértigo, contraste y metamorfosis. Lo formal, se cuenta, cuenta poco en poetas en que hay una tempestad atronadora, en los cuales lo que se dice se expande y al expandirse crea o recrea, del mundo nuevo, su vibración auténtica.” Y Rafael Alberti, notable exponente de la generación poética del 27 en la literatura española le canta, en los encendidos versos de su poema “Elvio Romero, poeta paraguayo”: “Las alas, sí, las alas, contra la vida quieta Cante, llore el poeta volando entre las balas. Por los signos del día también tú señalado clavel arrebatado y espada de agonía Casi recién nacida, lumbre madura y fuerte, sabes más de la muerte quizás que de la vida. Y tu nombre aromado huele más que a romero, a pólvora, a reguero de cuerpo ensangrentado. La patria encadenada y herida se sostiene sin sueño y te mantiene el alma desterrada. Y mientras que penando sin luz va el enemigo, la Libertad contigo regresará cantando”. Gabriela Mistral, la premio Nobel chilena, por su parte, escribe: “Pocas veces he sentido la tierra como acostada sobre un libro”. "Elvio Romero, la fuerza de la realidad" es el ensayo del escritor y poeta argentino Ricardo Rubio, publicado en Asunción en 2003. "Elvio Romero - De la tierra intensa", ensayo del mismo autor, se publicó en Buenos Aires en 2006. [editar]Su vida en el exilio Exilio, desamparo, amor, esas otras expresiones de la misma vida, están permanentemente presentes en la prolífica obra de Romero. El mismo poeta nos dice: “Durante el largo exilio que padecí, mis compatriotas, mis amigos, y algunos desconocidos también, se acercaron a mi casa de exiliado, trayendo la fragancia de las cosas lejanas, reconfortando mi retiro. Compartí la lucha de mi pueblo por su libertad, viví atento a la formidable gesta protagonizada por los miles de combatientes que, cautelosa y valerosamente, prepararon el porvenir de la patria, y mi canto se fue conformando así, entre exaltaciones vibrantes y melancolías, de esas luces y sombras que, alternativamente, estremecen el alma. No se ya si pronto, o tarde, comprendí que debía recoger en mi poesía todos los estados de ánimo que brotaron de esas tristezas fugaces y de una impresionante e impertinente rebeldía. Entonces abrí todas mis ventanas para que entrasen los vientos del mundo, y así pude juntar las desvaídas hojas del decaimiento con la ardiente ramazón de un fuego combativo. Todos mis sentimientos, todos, se mezclaron, como en la galera de un prestidigitador los papelitos de colores y desde donde salió volando una paloma de oro al calor de mis pasiones y mis imaginerías”. Obras Poéticas Año Obra * 1948 Días roturados * 1950 Resoles áridos * 1953 Despiertan las fogatas * 1956 El sol bajo las raíces * 1961 De cara al corazón * 1961 Esta guitarra dura * 1966 Libro de la migración * 1967 Un relámpago herido * 1970 Los innombrables * 1975 Destierro y atardecer * 1977 El viejo fuego * 1984 Los valles imaginarios * 1994 Flechas en un arco tendido * 2007 Cantar de caminante Distinciones * Como ensayista es autor de “Miguel Hernández, destino y poesía” (1958) y de “El poeta y sus encrucijadas” (1991), obra con la cual se hizo acreedor del Premio Nacional de Literatura en su primera edición. * Fue colaborador del diario Última Hora, de Asunción, y de numerosas publicaciones culturales en la Argentina. * Residiendo en Buenos Aires, Argentina, donde desempeñaba funciones diplomáticas en el carácter de Agregado Cultural de la Embajada Paraguaya en la capital porteña, falleció el 19 de mayo de 2004. Wikipwedia- Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Elvio_Romero

Augusto Roa Bastos

Augusto Roa Bastos (Asunción, Paraguay, 13 de junio de 1917 - 26 de abril de 2005) fue el más importante escritor paraguayo, a quien se le reconoció internacionalmente con el prestigioso Premio Cervantes. Sus obras han sido traducidas a, por lo menos, 25 idiomas. Augusto Roa Bastos nació el 13 de junio de 1917 en Asunción y posteriormente pasó su infancia en Iturbe, un pequeño pueblo de la región del Guairá, en una cultura bilingüe entre el guaraní y el castellano. Regresó a la capital de su país, donde se formó con la lectura de los libros clásicos franceses, de León Tolstoi y de William Faulkner facilitada por su tío paterno, el obispo Hermenegildo Roa, hombre de origen catalán, con quien vivió. Era hijo de un hombre de origen portugués que contaba con muy buena educación, y de un burgués de clase media, muy severo y autoritario, quien fue gerente de una refinería de caña de azúcar. Roa Bastos era de origen vasco, portugués y guaraní. Con 15 años, en 1932, cuando estalló la guerra entre Paraguay y Bolivia conocida como Guerra del Chaco, escapó con otros compañeros del Colegio San José, de curas donde estaba como pupilo, para vivir la aventura de la guerra y sirvió en ella como enfermero; los horrores que presenció lo indispusieron para siempre contra la violencia. Empezó a escribir teatro a la vez que trabajaba como administrativo de banca o como periodista para El País, diario de Asunción que le facilitó los primeros viajes a Europa, en particular a Inglaterra. En 1944 formó parte del grupo «Vy'a Raity» («El nido de la alegría» en guaraní), decisivo para la renovación poética y artística de Paraguay en la década del 40, junto a autores como Josefina Plá y Hérib Campos Cervera. Durante la guerra civil, a través del periódico El País fue poniéndose poco a poco a favor de los oprimidos sin formar parte de ningún partido político En 1945 pasó un año en Inglaterra invitado por el British Council y como corresponsal de guerra de El País; allí entrevistó al general De Gaulle; de allí pasó a Francia y asistió como periodista a los juicios de Núremberg en Alemania. En 1947 tuvo que abandonar Asunción, amenazado por la represión que el gobierno desataba contra los derrotados en un intento de golpe de Estado, y se estableció en Buenos Aires, Argentina empleándose en una compañía de seguros; allí publicó la mayor parte de su obra. En 1976 el advenimiento de la dictadura argentina lo obligó a trasladarse a Francia, invitado por la Universidad de Toulouse, y residió en esa ciudad como profesor universitario de literatura y guaraní hasta 1989, en que decidió regresar a su patria tras el derrocamiento del dictador paraguayo Alfredo Stroessner, de quien fue crítico acérrimo. En 1982 había sido privado de la ciudadanía paraguaya; se le concedería la española honoraria en 1983 y la francesa en 1987. A lo largo de su carrera, Roa Bastos recibió varios premios, destacando el premio del British Council (1948) Concurso Internacional de Novelas Editorial Losada (1959) el Premio de las Letras Memorial de América Latina (Brasil, 1988), el Premio Nacional de Literatura Paraguaya (1995) y distinciones de otros países como la condecoración José Martí del gobierno cubano en el año 2003 y el Premio Konex Mercosur 2004 a las Letras. En 1989 recibió el Premio Cervantes. Desde su retorno a Paraguay y hasta sus últimos días escribió una columna de opinión en el diario Noticias de Asunción. Obras Año Obras * 1942 El ruiseñor de la aurora, y otros poemas. * 1947-1949 El naranjal ardiente, nocturno paraguayo * 1953 El trueno entre las hojas * 1960 Hijo de hombre * 1966 El Baldío * 1967 Madera Quemada * 1974 Yo el Supremo * 1979 Lucha hasta el alba Trueno entre las hojas * 1989 El Fiscal * 1992 Vigilia del Almirante * 1996 Madama Sui * 1967 Los pies sobre el agua * 1969 Moriencia * 1974 Cuerpo presente y otros cuentos * 1974 Los Congresos * 1974 El pollito de fuego * 1974 Los Congresos * 1976 El somnámbulo * 1979 Los Juegos * 1980 Antología personal * 1980 Contar un cuento y otros relatos * 1989 On Modern Latin American Fiction * 1996 Metaforismos * 1998 Poesías reunidas (con Apéndice y Bibliografía) * 2001 Los conjurados del quilombo del Gran Chaco * 2002 Un país detrás de la lluvia Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Augusto_Roa_Bastos

Roberto Fernández Retamar

La obra poética de este escritor, se caracteriza por la amplia gama de temas: patria, amor, etc, tratadas con un estilo muy propio y peculiar que logra una fácil y amena comunicación con el lector. Roberto Fernández Retamar (La Habana, 9 de junio de 1930) es un poeta cubano. Nació en el barrio La Víbora de la capital cubana. Comenzó a estudiar pintura y arquitectura, pero terminó Humanidades en la Universidad de La Habana (1948-52), donde más tarde se doctoró en Filosofía y Letras (1954). Gracias a una beca, profundiza sus estudios en las universidades de La Sorbona y de Londres; en la de Yale ofreció un curso sobre literatura hispanoamericana y en las de Praga y Bratislava dictó conferencias sobre literatura hispanoamericana. Ha sido director de la Nueva Revista Cubana (1959-60) y de la revista Casa de las Américas (desde 1965). En 1977 funda –y dirige hasta 1986- el Centro de Estudios Martianos. En 1985 se convierte en miembro de la Academia Cubana de la Lengua. Ha ocupado cargos políticos como lo de diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (1998) y miembro del Consejo de Estado. Ha sido jurado de premios literarios prestigiosos. Sobre su obra, en un entrevista dada a Trilce en 1968, señaló: Debo decir que tengo una desconfianza enorme sobre lo que un autor pueda decir de sí. Trabado entre modestias y vanidades (que pueden ser los mismo), y sobre todo impedido insalvablemente de mirarse acon los ojos con que los ven —y sobre todo lo verán— los otros, su testimonio sólo puede tomarse con las mayores cautelas . Desautorizadas así la líneas que siguen, añadiré que quizás en el futuro, si algún ocioso quiere ocuparse de mis versos, descubrirá que, después de ilusionados pastiches, a mis veintitantos años, voluntariamente influido por la poesía inglesa (que en general conocí y sigo conociendo mal, pero así son las cosas), y especialmente por Eliot (que acaso conocía un poco menos mal), y queriendo salir de un ambiente poético enrarecido, di en buscar una poesía que se acercara a la conversación en su idioma, a los inmediato en sus asuntos (...) pero no fue sino hasta la Revolución Cubana, en 1959, que empecé a trabajar con ese idioma que había intuido, necesitado. La conmoción histórica y psicológica (¿cómo podría ser de otro modo?), que ha sido, que está siendo, este acontecimiento, y la violencia, la inmediatez de las cosas que me rodean, lo explican suficientemente. Mi poesía no se «inserta» en la poesía cubana: en un momento dado, «es» la poesía cubana. (No la única, por supuesto). Teoría Literaria Roberto Fernández Retamar defiende que la Literatura Hispanoamericana adolece de ser estudiada desde una perspectiva europea, fuera de la misma literatura. A esta perspectiva la denomina otredad. Por ello, considera que hay que desplazar esa visión al punto sobre el que se teoriza, puesto que, si no fuera así, se podría crear una imagen falsa de este estudio. Por ello, frente a la otredad introduce el concepto de mismidad; así, la mismidad es atraer el estudio al concepto en sí, olvidando cualquier perspectiva europea que podría falsearlo. Este pensamiento queda muy bien simplificando en una cita suya: Una teoría de la literatura es la teoría de una literatura No es posible, por ello, realizar una teoría de la Literatura que aúne todas las corrientes, sino que cada cultura ha de estudiarse desde su 'mismidad', en la que habrá que elaborar una teoría general para ésta. Lo único que podemos hacer es teorizar sobre una teoría en concreto, nunca en general. Premios * Premio Nacional de Poesía por su libro Patrias, en 1951. * Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío. * Premio Internacional de Poesía Nikola Vaptsarov de Bulgaria. * Premio Internacional de Poesía Pérez Bonalde, de Venezuela. * Premio de la Crítica Literaria por Aquí en 1996. * Medalla oficial de las Artes y las Letras, otorgada en Francia, en 1998. * Premio Juchimán de Plata, en 2004 Obra Poesía * Elegía como un himno, La Habana, 1950 * Patrias. 1949-1951, La Habana, 1952 * Alabanzas, conversaciones. 1951-1955, México, 1955 * Vuelta de la antigua esperanza, La Habana, 1959 *En su lugar, la poesía, La Habana, 1959 * Con las mismas manos. 1949-1962, La Habana, 1962 * Historia antigua, La Habana, 1964 * Poesía reunida. 1948-1965, La Habana, 1966 * Buena suerte viviendo, México, 1967 * Que veremos arder, La Habana, 1970. Publicado simultáneamente en Barcelona en Ed. El Bardo con el título de Algo semejante a los monstruos antediluvianos * A quien pueda interesar (Poesía 1958-1970), México * Cuaderno paralelo, La Habana, 1973 * Circunstancia de poesía, Buenos Aires, 1974 * Revolución nuestra, amor nuestro, La Habana, 1976 * Palabra de mi pueblo. Poesía 1949-1979, La Habana, 1980 * Circunstancia y Juana, México, 1980 (consta de Circunstancia de poesía y Juana y otros poemas personales) * Juana y otros poemas personales, Managua, 1981 * Poeta en La Habana, Barcelona, 1982 * Hacia la nueva, La Habana, 1989 * Hemos construido una alegría olvidada. Poesías escogidas (1949-1988), Madrid, 1989 * Mi hija mayor va a Buenos Aires, La Habana, 1993 * Algo semejante a los monstruos antediluvianos. Poesías escogidas 1949-1988, La Habana, 1994 * Las cosas del corazón, La Habana, 1994 * Una salva de porvenir, Matanzas, Cuba, 1995 * Aquí, Caracas, 1995 * Esta especie de poema. Antolojía poética, Puerto Rico, 1999 * Versos, La Habana, 1999. Ensayo * La poesía contemporánea en Cuba. 1927-1953, La Habana, 1954 * Idea de la estilística, La Habana, 1983 * Papelería, Universidad Central de Las Villas, 1962 * Ensayo de otro mundo, La Habana, 1967 * Introducción a Cuba. Historia, La Habana, 1968 * Calibán, México, 1971 * El son de vuelo popular, La Habana, 1972 * Lectura de Martí, México, 1972 * Para una teoría de la literatura hispanoamericana, La Habana, 1975 * Acerca de España. Contra la Leyenda Negra, Medellín, 1977 * Introducción a José Martí, La Habana, 1978 * Algunos problemas teóricos de la literatura hispanoamericana, Cuenca, 1981 * Para el perfil definitivo del hombre: (prólogo de Abel Prieto), La Habana, 1981 * Entrevisto, La Habana, 1982 * José Martí: semblanza biográfica y cronología mínima (con Ibrahím Hidalgo Paz), La Habana, 1982 * Naturalidad y modernidad en la literatura martiana, Montevideo, 1986 * Algunos usos de civilización y barbarie, Buenos Aires, 1989 * Ante el Quinto Centenario, 1992 * José Martí. La encarnación de un pueblo, Buenos Aires, 1993 * Cuando un poeta muere, Matanzas, Cuba, 1994 * Nuestra América: cien años, y otros acercamientos a Martí, La Habana, 1995 * Cuba defendida, La Habana, 1996 * Recuerdo a, La Habana, 1998 * La poesía, reino autónomo, La Habana, 2000 Referencias Wikipedia—http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_Fernández_Retamar

Juan Manuel Roca

Juan Manuel Roca nació en Medellín el 29 de diciembre de1946. Transcurre su infancia en México y posteriormente en París. Durante los años 1988 a 1999 coordinó el Magazín Dominical de El Espectador, separata cultural con la que se formó prácticamente una generación, pues en ésta se publicaron un buen número de poemas, reseñas y comentarios sobre los principales poetas modernos y contemporáneos. Fue además cofundador de la revista “Clave de Sol” y del periódico cultural “La Sagrada Escritura”. Además, desde 1986 ha realizado talleres de apreciación poética en la Casa de Poesía Silva de Bogotá. En 1993 recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolivar y en 1997, la Universidad del Valle le otorgó el doctorado Honoris Causa en literatura. Ha participado como jurado en certámenes literarios nacionales e internacionales. Con el libro Las Plagas secretas y otros cuentos ganó el concurso de cuento de la Universidad de Antioquia. Su primera y única novela se titula Esa maldita costumbre de morir, publicada en el año 2003. Es uno de los poetas más leídos en Colombia, con gran recepción en España y Latinoamérica y su obra ha sido traducida entre otros idiomas al frances, sueco, alemán, ingles, neerlandés e italiano. Comentarios sobre su obra El poeta Germán Espinosa dice de Roca que “posee la primavera perpetua de todo creador”; mientras que Gonzálo Rojas, autor del prólogo de Cantar de Lejanía, dice que leer a Roca «será siempre un placer, un frescor, una cruza casi animal de imaginación y de coraje». El mismo poeta chileno afirma que "Lo que más celebro en Roca es la fiereza, esa amarra entre vida y poesía que llega a lo libérrimo". El editor español Manuel Borrás señala: "su poesía puede considerarse una vasta reflexión sobre la libertad a través de la imaginación". El novelista colombiano Óscar Collazos escribió:"He visto sorprendido a jóvenes que llevaban en la mano un libro de Roca. He leído citas de sus poemas en los muros públicos. He asistido por fortuna a la comunión creada entre el poeta y su público. algo hay en el interior de su poesía la sensibilidad de una época". Los jurados del premio Casa de las Américas, ganado por Juan Manuel Roca en 2009 (Gioconda Belli, Julia Escobar, Luis García Montero, Andrés Pérez Perruca, Benjamín Prado y Ana María Rodríguez-Arias), destacaron su dominio formal, su variedad estructural y la estructura sólida de la obra. También elogiaron la capacidad de representar líricamente la realidad. En varias entrevistas, Juan Manuel Roca se ha reconocido en la tradición latinoamericana que representan César Vallejo y Juan Rulfo. Es también un fiel exponente de la poesía surgida en el Romanticismo Alemán, que luego explorarían los surrealistas franceses, encabezados por Lautréamont y Rimbaud. En relación con la poesía colombiana, se reconoce en la obra poética de José Asunción Silva, Aurelio Arturo, Luis Vidales (tío materno), Carlos Obregón, Héctor Rojas Herazo y Fernando Charry Lara. Los críticos lo ubican dentro de lo que se ha denominado como la Generación Desencantada (diverso grupo de poetas nacidos en los años 40, que publicaron sus primeras obras en los años 70, sin credo estético común), dentro de la cual se catalogan también a María Mercedes Carranza, Darío Jaramillo Agudelo, Jaime García Maffla, José Manuel Arango entre otros. Este es uno de sus más contenidos y celebrados poemas. EPIGRAMA DE PODER Con coronas de nieve bajo el sol cruzan los reyes. "País Secreto", Bogotá, 1987. Poesía * Memoria del agua (1973) * Luna de ciegos (1976) - Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia * Los ladrones nocturnos (1977) * Cartas desde el sueño (1978) - Junto a Darío Villegas * Señal de cuervos (1979) * Mester de caballería (1979) - Junto a Augusto Rendón * Fabulario real (1980) * Antología poética (1983) * País secreto (1987) * Ciudadano de la noche (1989) * Luna de ciegos (1990) - Antología * Pavana con el diablo (1990) * Monólogos (1994) * Memoria de encuentros (1995) * La farmacia del ángel (1995) * Tertulia de ausentes (1998) * Lugar de apariciones (2000) * Los cinco entierros de Pessoa (2001) - Antología. * Arenga del que sueña (2002) * Teatro de sombras con César Vallejo (2002) * Un violín para Chagall (2003) * Las hipótesis de Nadie (2005) * Cantar de lejanía (2005) - Antología. * El ángel sitiado y otros poemas (2006) * El pianista del país de las aguas - Junto a Patricia Durán * Tríptico de Comala - Junto a Antonio Samudio * Del lunario circense - Junto a Fabián Rendón * Testamentos (2008) * Biblia de Pobres ([[2009v) * Pasaporte del apátrida. Editorial Pre-Textos. 2012. * Tres caras de la luna - Sílaba Editores (2013) Narrativa: * Prosa reunida (1993) - Colección de sus obras en prosa * Las plagas secretas y otros cuentos (2001) * Esa maldita costumbre de morir (2003) * Genaro Manoblanca, fabricante de Marimbas (2013) Ensayo: * Museo de encuentros (1995) * Cartógrafa memoria (2003) * La casa sin sosiego (La violencia y los poetas colombianos del siglo XX) (2007) * Galeria de Espejos Otras obras: * Rocabulario - Antología de sus definiciones, con la colaboración de Henry Posada (2006) * Diccionario anarquista de emergencia - Con Iván Darío Álvarez (2008) Sus poemas han sido traducidos al inglés, ruso, japonés, griego, rumano, portugués, italiano, holandés y alemán. Premios Roca ha recibido diversos premios, entre ellos: * Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus (1975) * Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1979) * Premio Mejor Comentarista de Libros Cámara Colombiana del Libro (1992) «Juan Manuel Roca» (en español). Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2008. Consultado el 03-07-2008. * Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (1993) * Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia (2000) * Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura (2004) * Finalista Premio Rómulo Gallegos de novela, (2004) * Premio Casa de las Américas de Poesía José Lezama Lima 2007, Cuba, por Cantar de lejanía. Antología personal * Premio Casa de América de Poesía Americana 2009, España, por Biblia de Pobres Referencias Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Manuel_Roca

Raúl Otero Reiche

En los inicios del siglo XX Europa miraba el futuro con actitud desafiante porque creía tener en sus manos la fórmula del progreso indefinido que llevaría necesariamente a un mundo feliz; estaban a la vuelta de la esquina los horrores de la Gran Guerra que la sacudirían hasta sus cimientos. En esos mismos años Bolivia vivía la amargura de la experiencia del Tratado de 1904 y la angustia de conectarse con el mundo exterior. Los cruceños, mientras tanto, lanzaban el Memorándum de 1904 que se convierte en el primer llamado para que Santa Cruz de la Sierra —´capital del espejo y de la música´, uno de los tantos nombres que le dio Otero— se incorpore a la vida nacional. La vida de Otero Reiche (1906-1976) acompaña este largo y doloroso proceso de incorporación y lo siembra con la belleza de la palabra que ayuda a los cruceños a mejor conocer y amar su ciudad, su departamento, su país, su continente. En los inicios del siglo XX nacía en Santa Cruz de la Sierra, el 20 de enero de 1906, don Raúl Otero Reiche, hijo de los esposos Samuel Otero y Raquel Reiche. Su ciudad natal, por la que siente un profundo amor y que será una constante en toda su obra poética —´Construcción de Santa Cruz de la Sierra´, ´Doña Santa Cruz de la Sierra´, ´Exaltación de Santa Cruz de la Sierra´— irá moldeando poco a poco la personalidad del poeta mayor del Oriente boliviano. A partir del amor a la ´amable ciudad vieja´ —que seguía estando tan lejos de cualquier parte como en el momento de su fundación y que era una ciudad provinciana pequeña y pobre en la que pareciera que el tiempo se hubiera detenido— descubre al hombre y el paisaje cruceño ´Canto al hombre de la selva´; a partir de este conocimiento, que enriquece su espíritu y fomenta su creatividad, se hace universal —´América y otros poemas´—. Enrique Kempff Mercado dice que ´pocas veces se ha dado en nuestra historia una identificación tan grande entre el pueblo y el cantor de ese pueblo. Santa Cruz puede dar testimonio del hombre que durante más de medio siglo se dedicó a cantarle con una abnegación conmovedora, con un amor obcecado, Raúl Otero fue una versión del paisaje cruceño´. Creador multifacético cultivó la poesía, el ensayo, el teatro, el cuento, la novela y el periodismo. Jugó un papel activo y protagónico en la vida de la comunidad local y nacional: participó en la Guerra del Chaco (´Poemas de sangre y lejanía´, ´No se ha ido nadie´; es considerado como el poeta de esta guerra); fue docente de educación secundaria y ejerció la cátedra universitaria; incursionó en la vida política nacional; fue director de cultura del municipio cruceño; impulsó la creación de la Casa de la Cultura de su ciudad natal —que con toda justicia lleva su nombre— y fue alma y motor de numerosas instituciones culturales y de servicio. Contrajo matrimonio con la señora Nelly Arteaga, con la que formó un hogar numeroso y ejemplar. Aunque la vida de Raúl Otero Reiche terminó el 29 de enero de 1976, en su ciudad natal, la voz de su poesía trasciende el tiempo y su nombre se inscribe en la nómina de los inmortales. Raúl Otero Reiche es ´la selva indómita´; es ´el que esperaban los jaguares, los toros, los caimanes, las palomas (...) para la transfusión de sangres bárbaras´; es ´el arquetipo de esta raza salvaje´; es ´el hombre de la llanura sin fin, más larga que la vista´; es ´un río de pie´. referencias http://www.caracol.com.co/noticias/actualidad/raul-oteroreiche/20060127/nota/242439.aspx

Duque de Rivas

Ángel María de Saavedra y Ramírez de Baquedano, III duque de Rivas, grande de España, más conocido por su título nobiliario de duque de Rivas, (Córdoba, 10 de marzo de 1791 – Madrid, 22 de junio de 1865) fue un escritor, dramaturgo, poeta, pintor y político español, conocido por su famoso drama romántico Don Álvaro o la fuerza del sino (1835). Fue presidente del gobierno español (Consejo de Ministros entonces) en 1854, durante sólo dos días. Contando sólo un año de edad, su padre, don Juan Martín de Saavedra fue condecorado con el título de Grande de España. Abocado a la carrera militar por su condición de segundón (su hermano mayor, Juan Remigio heredaría el ducado a la muerte del padre de ambos), ingresó en 1802 en el Real Seminario de Nobles de Madrid permaneciendo en él hasta 1806. Con tan solo nueve años ya le correspondían por linaje la Cruz de Caballero de Malta, la banderola de la Guardia de Corps supernumerario, el hábito de Santiago, etc. En 1807 fue alférez de la Guardia Real. Luchó con valentía contra las tropas napoleónicas siendo herido en la Batalla de Ontígola (1809). El General Castaños le nombró capitán de la Caballería Ligera. Obtuvo también el nombramiento de primer ayudante de Estado Mayor. En 1823, Rivas fue condenado a muerte por sus creencias liberales y haber participado en el golpe de estado de Riego en 1820. Además se le confiscaron sus bienes y huyó a Inglaterra. Luego pasó a Malta en 1825 donde permaneció cinco años. En 1830 se marchó a París. Después de la muerte de Fernando VII en 1833, regresó a España al recibir la amnistía y reclamó su herencia, y además en 1834 murió su hermano mayor, Juan Remigio, y recayó en él por ello el título de Duque de Rivas. Dos años después fue nombrado ministro de la Gobernación. Luego emigró a Portugal por poco espacio de tiempo. A la vuelta desempeñó el papel de senador, alcalde de Madrid, embajador y ministro plenipotenciario en Nápoles y Francia, ministro del Estado, presidente del Consejo de Estado y presidente de la Real Academia Española y del Ateneo de Madrid en 1865. En la literatura, Rivas fue protagonista del romanticismo español. Don Álvaro, fue estrenado en Madrid en 1835, y fue el primer éxito romántico del teatro español. La obra se tomó más tarde como base del libreto de Francesco Maria Piave para la ópera de Verdi La fuerza del destino (1862). Otra obra teatral romántica fue El desengaño en un sueño. También obras de teatro fueron Malek Adel, Lanuza y Arias Gonzalo y la comedia Tanto vales cuanto tienes, estas obras son más de estilo neoclásico. Como poeta, su obra más conocida es Romances históricos (1841), adaptaciones de leyendas populares en forma del romance, pero además escribió en poesía obras como Poesías (1814), El desterrado, El sueño del proscrito, A las estrellas y Canto al Faro de Malta. En prosa escribió Sublevación de Nápoles, capitaneada por Masaniello e Historia del Reino de las Dos Sicilias. En ensayo destacó en Los españoles pintados por sí mismos. Escribió romances al estilo de leyendas con brillantes descripciones y hábil fantasía histórica como La azucena milagrosa (1847), Maldonado (1852) y El aniversario (1854). Además realizó varios cuadros de costumbres. Obras Poesías * Poesías (1814) * Al faro de Malta (1824) * La niña descoloría * Con once heridas mortales * Letrilla *El moro expósito (1834) Sonetos * A Lucianela * A Dido abandonada * Cual suele en la floresta deliciosa * El álamo derribado * Mísero leño * Ojos divinos * Receta segura * Un buen consejo Teatro *Aliatar (1816) * Lanuza (1822) * Florinda (1826) * Arias Gonzalo (1827) * El desterrado * Viaje al Vesubio * Los Hércules * El parador de Bailén * El hospedador de provincia * El duque de Aquitania * El faro de Malta (1828) * Don Álvaro o la fuerza del sino (1835) * Tanto vales cuanto tienes (1840) * La morisca de Alajuar (1841) * El desengaño en un sueño (1842) * La azucena milagrosa (1847) * El crisol de la lealtad Referencias http://es.wikipedia.org/wiki/Duque_de_Rivas

Raúl Rivero

Raúl Ramón Rivero Castañeda (n. Cuba; 1945) es un poeta, periodista y disidente cubano. Nació en 1945 en la localidad de Morón, perteneciente a la antigua provincia de Camagüey (actualmente corresponde a Ciego de Ávila), en el centro de Cuba. Ha publicado varios libros de poesía y ha trabajado en medios de comunicación cubanos. Vida Laboral Raúl Rivero perteneció a las primeras generaciones de periodistas que se graduaron en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana tras el triunfo de la Revolución Cubana. En 1966, fue uno de los fundadores de la revista cultural El Caimán Barbudo. Posteriormente, fue corresponsal de la agencia Prensa Latina en Moscú entre 1973 y 1976, volviendo después a Cuba, donde se encargó de la dirección del servicio de ciencia y cultura de la agencia. En 1989 abandonó el organismo oficial Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, que encuadra a todos los escritores y artistas de la isla. Dos años después, el 2 de junio de 1991, fue uno de los firmantes de la Carta de los Intelectuales, en la que se solicitaba al presidente Fidel Castro, la liberación de los presos de conciencia. Ese año, abandonó el periodismo oficial denunciándolo como una "ficción sobre un país que no existe". En 1995 fundó una agencia de noticias independiente del gobierno cubano, denominada Cuba Press. En 2001 fue uno de los fundadores de la primera asociación de periodistas de Cuba independiente del gobierno. Prisión En abril de 2003, Rivero fue condenado a 20 años de prisión durante la llamada Primavera Negra, acusado de realizar actividades subversivas encaminadas a afectar la independencia e integridad territorial de Cuba, escribir contra el gobierno, haberse entrevistado con James Cason, un diplomático estadounidense, y haber organizado reuniones subversivas en su domicilio. Juntos (Ricardo Severino González Alfonso y Raúl Ramón Rivero Castañeda) crearon la Cuba Press la cual agrupaba a varios de estos elementos contrarrevolucionarios y cuyo director es el acusado Rivero Castañeda y por medio de la cual se difundían falsas noticias sobre la situación actual en nuestro gobierno, en cumplimiento con las indicaciones recibidas por el gobierno norteamericano, de igual forma, ambos acusados crearon el treinta de mayo del dos mil, la Sociedad de Periodistas Independientes Manuel Márquez Stering de la que surgió la revista De Cuba, resultando director González Alfonso por medio de la cual suministraban información al gobierno de los Estados Unidos mediante su entrega en la oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba Rivero pasó en la cárcel año y medio, con grave quebranto de su salud. En noviembre de 2004, debido a las presiones internacionales, fundamentalmente españolas, fue excarcelado, oficialmente tras serle aplicada la llamada licencia extra-penal por motivos de salud.​ Poco después, Rivero se trasladó a España con toda su familia. Referencias https://es.wikipedia.org/wiki/Raúl_Rivero

Pablo de Rokha

Pablo de Rokha (n. 17 de octubre de 1894 en Licantén, Chile – m. 10 de septiembre de 1968 en Santiago, Chile), poeta chileno, cuyo nombre real era Carlos Díaz Loyola. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 1965 y es considerado uno de los 4 grandes de la poesía chilena (junto con Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral). además es considerado un poeta vanguardista y de gran influencia en la lírica universal Pablo de Rokha nació en la ciudad chilena de Licantén, el 17 de octubre de 1894, con el nombre de Carlos Díaz Loyola, hijo de José Ignacio Díaz Alvarado y de Laura Loyola de Toledo, y fue el mayor de 19 hermanos. Provenía de una familia de raíz aristocrática, dueña de tierras en la zona de Talca y Licantén, pero que se encontraba en una situación económica desmejorada, por lo que su padre debió realizar diversos trabajos, como administrador de estancias y jefe de resguardo aduanero en la cordillera. En estas condiciones, Pablo de Rokha vivió su infancia en la hacienda Pocoa de Corinto, administrada por su padre, y acompañaba a éste en sus andanzas cordilleranas. En 1901 ingresó a la Escuela Pública nº3 de Talca. Posteriormente, en 1902, ingresó al Seminario Conciliar San Pelayo de Talca, de donde fue expulsado en 1911 por leer a autores "prohibidos". Sus inicios poéticos se expresaron en este período, bajo el pseudónimo de Job Díaz, para luego obtener el pseudónimo de El amigo Piedra. Se trasladó a la capital Santiago de Chile en 1911, para cursar el sexto año de humanidades. Dio su bachillerato en 1912, y se matriculó en la Universidad de Chile con el fin de estudiar derecho o ingeniería. Finalmente esto no ocurrió. Fueron éstos tiempos oscuros para el poeta, que vivió en una nebulosa de disgregación y desencanto familiar. Despuntó en él un carácter violento y rebelde. Durante el transcurso, escribió para distintos periódicos, como La Razón y La Mañana. Publicó sus primeros poemas en Santiago en la revista Juventud de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH). Volvió a Talca en 1914 con un sentimiento de fracaso. Fue cuando recibió un libro de poemas firmado por Juana Inés de la Cruz, titulado Lo que me dijo el silencio. Pese a criticar con gran dureza el poemario, no pudo evitar enamorarse de la poetisa, por lo que volvió a Santiago en busca de su amor. El 25 de octubre de 1916 finalmente se casó con Luisa Anabalón Sanderson, verdadero nombre de la poetisa. Luisa, posteriormente, tomaría el seudónimo literario de Winétt de Rokha. Entre 1922 y 1924 residió en San Felipe y Concepción, lugar último donde fundó la revista Dínamo. Colaboró con el Frente Popular que eligió presidente de Chile a Pedro Aguirre Cerda en 1938. Mientras tanto, su vida familiar crecía al nacer sus hijos Carlos (poeta conocido como Carlos de Rokha), Lukó (pintora conocida como Lukó de Rokha), Tomás, Juana Inés, José (pintor conocido como José de Rokha), Pablo, Laura y Flor. Varios de ellos murieron prematuramente: Carmen y Tomás, muy pequeños, mientras que Carlos y Pablo murieron ya mayores y de manera trágica. En 1944 el Presidente Juan Antonio Ríos lo nombró Embajador cultural de Chile en América y el poeta inició un extenso viaje por 19 países del continente. Luego de constantes viajes, se enteró en una escala en Argentina que Gabriel González Videla había sido elegido Presidente de la República, quien dictó la Ley de Defensa de la Democracia y comenzó un período de represión contra el Partido Comunista. En 1949, el poeta volvió a Chile. Su esposa Winétt de Rokha llegó al país enferma de cáncer, para luego fallecer en 1951. En 1953 apareció Fuego negro, elegía de amor dedicada a Winétt. En 1955 publicó Neruda y yo, ácida crítica al poeta, al que llama plagiador, mistificador de los trabajadores y al cual clasificó de falso artista y militante. Estas afirmaciones le provocaron fuerte rechazo de parte de amigos de Neruda. Rokha, con su comunismo ateo y prepotente, no era aceptado entre los más conciliadores seguidores de Neruda. En 1960, con Genio del pueblo, se volvió a suscitar la polémica con Pablo Neruda, satirizado bajo el pseudónimo de Casiano Basualto. Pablo de Rokha continuó su vida embargado en el dolor y el recuerdo imborrable de su compañera Winétt. El dolor se agrandó con la muerte de su hijo Carlos en 1968, lúcido poeta de la época, aunque poco reconocido en la actualidad. Los escritores, y en especial poetas, lo admiraban en gran manera. En 1965 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile, del cual declaró: «Me llegó tarde, casi por cumplido y porque creían que no iba a molestar más». El 19 de octubre de 1966, fue nombrado Hijo Ilustre de Licantén. En 1967, publicó el que fue su último libro editado en vida, Mundo a mundo: Francia. El 10 de septiembre de 1968, a los 73 años de edad, Pablo de Rokha se suicidó de un balazo en la boca, siguiendo el destino de su hijo Pablo, muerto meses antes, y el de su amigo Joaquín Edwards Bello, muerto ese mismo año. Toda la amargura del poeta se puede expresar en la siguiente declaración con motivo de su Premio Nacional de Literatura: «Mis impresiones en este momento son contradictorias. Cuando vivía Winett, mi mujer, y también mi hijo Carlos, antes de que la familia se destrozara, este galardón me habría embargado de un regocijo tan inmenso, infinitamente superior a la emoción que siento en este momento. Hoy para un hombre viejo, este reconocimiento nacional que indudablemente me emociona, no puede tener la misma trascendencia. Poesía * Versos de la infancia, 1916. * El folletín del diablo, 1916-1922. * Sátira, 1918. * Los gemidos, 1922. * Cosmogonía, 1922-1927. * U, 1927. * Satanás, 1927. * Suramérica, 1927. * Ecuación, 1929. * Escritura de Raimundo Contreras, 1929. * El canto de hoy, 1930-1932. * Canto de trinchera, 1933. * Jesucristo, 1930-1933. * Los 13, 1934-1935. * Oda a la memoria de Máximo Gorki, 1936. * Moisés, 1937. * Gran temperatura, 1937. * Imprecación a la bestia fascista, 1937. * Cinco cantos rojos, 1938. * Morfología del espanto, 1942. * Canto al Ejército Rojo, 1944. * Los poemas continentales, 1944-1945. * Carta Magna del continente, 1949. * Fusiles de sangre, 1950. * Funeral por los héroes y los mártires de Corea, 1950. * Fuego negro, 1951-1953. * Arte grande o ejercicio del realismo, 1953. * Antología, 1916-1953. * Idioma del mundo, 1958. * Genio del pueblo, 1960. * Acero de invierno, 1961. * Canto de fuego a China Popular, 1963. * China Roja, 1964. * Estilo de masas, 1965. * Epopeya de las comidas y bebidas de Chile / Canto del macho anciano, 1965. * Infinito contra infinito, ????. * El amigo Piedra, 1989. * Epitafio en la tumba de Juan, el carpintero, ????. Ensayos * Heroísmo sin alegría, 1926. * Interpretación dialéctica de América: los cinco estilos del Pacífico – Chile, Perú, Bolivia, * * Ecuador y Colombia, 1948. * Arenga sobre el arte, 1949. * Neruda y yo, 1956. * Mundo a mundo: Francia (originalmente Mundo a mundo, París, Moscú, Pekín), 1967. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_de_Rokha

Pedro Soto de Rojas

Pedro Soto de Rojas (Granada, bautizado el 10 de enero de 1584 – Granada, 4 de febrero de 1658), poeta español del Culteranismo. Hijo del antequerano Martín de Rojas y de Ana de Soto, tuvo dos hermanas (Luisa y Juana), que durante gran parte de su vida estuvieron a su cargo junto con una sobrina y su madre, y es bastante probable que fuera sobrino del poeta lucense Luis Barahona de Soto. No se puede dudar de que su familia era prominente, ya que dos familiares suyos eran uno capellán en la Capilla Real y otro canónigo en la Catedral de Málaga. Estudió en la Universidad de Granada y allí se graduó de bachiller en en Cánones, Humanidades y Teología en 1610.​ En la Corte perteneció a la Academia del Conde de Saldaña primero y desde 1612 al menos a la Academia Selvaje con el nombre de Ardiente; allí leyó su Discurso sobre la Poética. Cuenta con la protección de don Jorge de Tovar y don Enrique Enríquez, y entre otros autores, amistó con Antonio Mira de Amescua, Félix Hortensio Paravicino, Cervantes, Lope de Vega​ y Luis de Góngora,​ pero en la guerra literaria que dividió a estos dos últimos desde que en 1613 Góngora divulgó sus Soledades se puso de parte del segundo, militando en las filas del culteranismo. Ya entrado en años, se ordenó sacerdote y, protegido por don Gaspar de Guzmán, el poderoso Conde-duque, a quien dedicó su Desengaño de amor en rimas (1623), obtuvo de él varias prebendas como, en 1616, la de canónigo de la iglesia colegial de San Salvador de Granada, sita en el Albaicín, aunque él pretendía puestos más altos,​ y la de abogado del Santo Oficio en 1626. Volvió a esta su ciudad natal y allí se hizo amigo del poeta Francisco de Trillo y Figueroa. En 1623 apareció su Desengaño de amor en rimas, aunque su gongorismo es ya muy ostensible en su fábula mitológica Los rayos de Faetón (1639) y en su críptico Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos con los fragmentos de Adonis (1652). También compuso al menos ciento veintiséis sonetos y varias églogas. Hasta 1630 hizo frecuentes viajes a Madrid, pero a partir de este año (y tal vez a causa del clima de discusión constante en que vivía con el cabildo, que lo llevó incluso a la cárcel en 1628)​ se retiró definitivamente a su carmen del Albaicín, que describirá más tarde en su lujuriante y sensitiva silva póstuma Paraíso cerrado (1652), y da a luz sus poemas más culteranos. Es este carmen la llamada Casa de los Mascarones, que fue pacientemente construida sobre unos solares de moriscos, adquiridos en una primera fase por compra (en 1619 y 1629) y ampliados luego gracias a una donación de parcelas en 1632. En 1643 el cabildo lo nombra puntador y colector. Lee el Discurso contra el ocio y en loor del ejercicio en la inauguración de la Academia de don Sebastián López de Hierro. Otro importante poema culterano, que llamó la atención de los críticos Marcelino Menéndez Pelayo y Gerardo Diego, es la Fábula de Alfeo y Aretusa, inspirada en uno de los mitos recogidos en las Metamorfosis de Ovidio. Cuenta como el río Alfeo se enamora de la ninfa Aretusa, que era la mejor cazadora del cortejo de la diosa Diana. En forma humana, el río la persigue por toda la Arcadia, y ella, agotada por el esfuerzo de la carrera, pide socorro a la diosa Diana, quien la rodea con una espesa nube. Aretusa acaba convirtiéndose en un fuente, cuyas aguas finalmente se mezclan con las de Alfeo, en su condición original de río. El poeta falleció en Granada el 4 de febrero de 1658, siendo enterrado ese mismo día en su Iglesia Colegial, a la entrada de la Capilla de Santa Teresa. Póstumos aparecerán en 1652 su Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos, Los fragmentos de Adonis y el Discurso contra el ocio La reivindicación del gongorismo que hizo la Generación del 27 afectó también a la obra de Soto de Rojas. Aparte del mencionado interés por la Fábula de Alfeo y Aretusa de Gerardo Diego, Federico García Lorca escribió sobre él y Granada su conferencia Granada. Paraíso cerrado para muchos, leída el 26 de octubre de 1926 y publicada al día siguiente en El Defensor de Granada. Allí afirma que el culteranismo de Soto de Rojas es recogido e íntimo: Soto de Rojas abraza la estrecha y difícil regla gongorina; pero, mientras el sutil cordobés juega con mares, selvas y elementos de la Naturaleza, Soto de Rojas se encierra en su Jardín para descubrir surtidores, dalias, jilgueros y aires suaves. Aires moriscos, medio italianos, que mueven todavía sus ramas, frutos y boscajes de su poema. Obras * Obras, ed. de Antonio Gallego Morell, Madrid, 1950. * Discurso sobre la poética, (1612). * Desengaño de amor en rimas, Madrid, 1623 (ed. facsímil, introducción de Aurora Egido, Málaga, 1991) * Los rayos de Faetón, Barcelona, 1639 (ed. G. Cabello y J. Campos, Málaga, 1996) * Fábula de Alfeo y Aretusa * Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos. Los fragmentos de * Adonis, Granada, 1652 (ed. de Aurora Egido, Madrid, 1981; ed. facsímil, introducción de R. Guillén, Madrid, 1984; ed. J. Fernández Dougnac, Granada, 1992) * Discurso contra el ocio y en loor del ejercicio (1652). Referencias Wikipedia – https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Soto_de_Rojas

Ignacio Ramírez

Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, mejor conocido por su seudónimo periodístico de el Nigromante (San Miguel el Grande, Guanajuato, 22 de junio de 1818 - Ciudad de México, 15 de junio de 1879), fue un escritor, poeta, periodista, abogado, político e ideólogo liberal mexicano. Es considerado uno de los artífices más importantes del Estado laico mexicano. Vida y carrera Fue hijo de José Lino Ramírez y de Ana María Guadalupe Sinforosa Calzada, indígenas puros. Su padre fue un insurgente durante la Guerra de Independencia de México. Inició sus estudios en Querétaro, ciudad natal de su padre, y en 1835 fue llevado al Colegio de San Gregorio, en la Ciudad de México, donde estudió artes. En 1841 comenzó estudios en jurisprudencia y en 1845 obtuvo el grado de abogado en la Universidad Pontificia de México. Ingresó a los 19 años de edad en la Academia Literaria de San Juan de Letrán, integrada por los hombres más ilustrados de la época. Es célebre en los anales literarios de México la presentación de Ramírez en dicha Academia, donde leyó un discurso sobre un tema tan controversial que entonces hizo el efecto de una explosión de dinamita. Ahí expresó: No hay Dios; los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos. Fue aceptado no obstante las protestas que causó su tesis tan revolucionaria y el discurso que petrificó de estupor a la asamblea. Sin embargo, sería exaltado como el primer orador y más tarde como el mejor escritor de su tiempo. Inicio de su carrera Se inició en el periodismo en 1845 al fundar con Guillermo Prieto y Vicente Segura la publicación periódica Don Simplicio, firmando sus artículos con el seudónimo El Nigromante. Sus colaboraciones se distinguieron por ser encendidos artículos y agudos versos satíricos en donde hacía una terrible censura a los actos del gobierno conservador, abogando por la reforma del país en lo económico, religioso y político, lo que provocó que el periódico fuera suprimido y Ramírez encarcelado. También fundó el periódico Themis y Deucalión, donde publicó un artículo titulado "A los indios", defendiendo a los indígenas y pugnado por su libertad a rebelarse contra la explotación a que eran sometidos; ello lo llevó a juicio pero resultó absuelto gracias a sus artículos editados en El Demócrata, en los cuales defendía su causa. Así mismo, en 1857, en compañía de Alfredo Bablot, fundaron El Clamor Progresista, con el que apoyaron la candidatura presidencial de Miguel Lerdo de Tejada. En la ciudad de San Luis Potosí colaboró en el periódico La Sombra de Robespierre. También escribió para La Chinaca durante 1862; en La Opinión y la Estrella de Occidente, del estado de Sonora, a fines de 1864 y antes de su destierro a Estados Unidos. En unión a Ignacio Altamirano, Guillermo Prieto y otros liberales, en septiembre de 1867 fundó El Correo de México, financiado por Porfirio Díaz. En esta fase de su vida es de mencionarse que también colaboró con El Renacimiento, El Siglo Diez y Nueve y El Monitor Republicano. Vida Política En 1846 fundó el Club Popular, donde divulgó sus ideas liberales avanzadas en materia de reforma política, económica y religiosa, por lo que estuvo en prisión. Al obtener la libertad, el gobernador del Estado de México, admirador de los talentos de Ramírez, lo invitó para organizar su gobierno y éste correspondió trabajando día y noche en la reconstrucción administrativa y también en la defensa del territorio nacional invadido por los norteamericanos. Para predicar con el ejemplo, asistió con el gobernador, Francisco Modesto de Olaguíbel, a la batalla de Padierna; y a pesar de los gastos que demandaba la guerra, restableció el Instituto Literario de Toluca, donde, con la República libre de la invasión, fue catedrático de Derecho y de Literatura, pero a pesar de la irreprochable conducta de Ramírez en su vida íntima, los padres de familia, alarmados por sus ideas liberales, intrigaron hasta lograr su separación. Entre fines de 1848 y principios de 1849, Ignacio Ramírez fue jefe político de Tlaxcala, regresando posteriormente a Toluca dedicándose a la docencia y al ejercicio de su profesión hasta fines de 1851, cuando se trasladó a Sinaloa donde ya se encontraba su hermano, Miguel Ramírez. En 1852 el gobernador de Sinaloa, Plácido Vega, promovió su candidatura a diputado federal por esta entidad, defendiendo el liberalismo en el Congreso de la Unión. A su regreso a Sinaloa, fue secretario del general Plácido Vega, sostuvo enérgicamente la extinción de las 'alcabalas' —un tipo de impuestos—, propuestas durante el gobierno de Pomposo Verdugo. Acompañó a Vega hasta Álamos, Sonora, cuando éste fue derrocado. Posteriormente viajó a Baja California donde descubrió la existencia de zonas perlíferas y canteras de mármol, sobre las que escribió brillantes artículos que revelaron aquella riqueza. En 1853 se fue a radicar por un tiempo a la ciudad de México ejerciendo como profesor en el Colegio Políglota. Criticó fuertemente a Santa Anna, lo que motivó que lo encerraran once meses en prisión y la mayor parte de ese tiempo lo tuvieron encadenado. Al triunfo de la Revolución de Ayutla fue liberado y fungió como secretario personal de don Ignacio Comonfort; al advertir que éste falseaba sus principios liberales, renunció a su puesto para afiliarse con Benito Juárez, Melchor Ocampo y Guillermo Prieto en el partido liberal y combatir con su pluma al renegado. Ramírez y la Constitución Regresó a Sinaloa como juez civil, pero volvió a la capital del país como diputado por el Estado de México al Congreso Constituyente de 1856-1857, donde fue el más notable orador y una de las más grandes figuras del ala izquierda jacobina; fue además miembro de la Comisión de Revisión de Credenciales; su suplente fue don Ramón Isaac Alcaraz, reconocido literato y liberal. Los otros dos diputados propietarios que representaron al estado de Sinaloa fueron los licenciados Antonio Martínez de Castro y Mariano Yáñez. Cabe mencionar que en la Historia del Congreso Constituyente, obra de don Francisco Zarco, el licenciado Ignacio Ramírez ocupó un altísimo lugar como orador parlamentario y líder del radicalismo. Ramírez y la Reforma El Nigromante también participó en la elaboración de las Leyes de Reforma, siendo uno de los liberales más puros. Al ser derrotados los conservadores, el presidente Benito Juárez lo nombró Secretario de Justicia e Instrucción Pública, cargo que desempeñó del 21 de enero al 9 de mayo de 1861. Durante su gestión creó la Biblioteca Nacional y unificó la educación primaria en el Distrito Federal y territorios federales. Ramírez como Ministro de Fomento Del 19 de marzo al 3 de abril de 1861 ocupó la Secretaría de Fomento. Asumió la responsabilidad de la exclaustración de las monjas; reformó la ley de hipotecas; hizo efectiva la independencia del Estado de la Iglesia; reformó el plan general de estudios; dotó con equipo los gabinetes del Colegio de Minería; seleccionó un excelente cuadro de profesores de la Academia de San Carlos; salvó cuadros de pintura que existían en los conventos, con los cuales formó una rica colección y formó una galería completa de pintores mexicanos; designó a los pintores Clavé, Cavalari y Sojo para que salvaran del Colegio de Tepozotlán los tesoros de arte en arquitectura, pintura, tallado e incrustaciones que contenía aquel magnífico Museo. La honradez de Ramírez fue acrisolada, pues cuando fue ministro pasaron por sus manos millones de pesos y nadie osó decir que se hubiera apropiado lo más mínimo de los tesoros que manejó. No tomó jamás ni un solo libro de los millares de volúmenes sacados de las bibliotecas de los conventos, ni una pieza de los centenares de cuadros extraídos de los claustros. No insinuó ni aceptó la menor recompensa por sus persecuciones y miserias que pasó por largos años, ni se adjudicó la más pequeña propiedad para pasar holgadamente el resto de sus días. En Puebla, trabajó en la desamortización de los bienes del clero y en septiembre de 1861 fue electo presidente del Ayuntamiento de la Ciudad de México. Ramírez durante la Intervención Francesa Durante la guerra de intervención, combatió a los franceses en Mazatlán. En el período de 1863 a 1865, mantuvo correspondencia con Guillermo Prieto, la que posteriormente se publicaría como Cartas a Fidel. En noviembre de 1864, residiendo en Sinaloa, defendió a presos políticos y escribió para La Opinión y La Estrella de Occidente, hasta que fue desterrado a Estados Unidos. Regresó a México antes de la caída de Maximiliano y fue encarcelado en San Juan de Ulúa y posteriormente en Yucatán. Ramírez en la Suprema Corte de Justicia El Congreso de la Unión lo nombró magistrado de la Suprema Corte de Justicia, cargo que ejerció durante doce años. De ese puesto no se separó sino al ser llamado por el presidente Porfirio Díaz, después de la batalla de Tecoac, para hacerlo Ministro de Justicia e Instrucción Pública, puesto que desempeñó pocos meses y por dos ocasiones, la primera del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 1876, y la segunda del 17 de febrero al 23 de mayo de 1877. Después, regresó a ocupar el cargo de Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, hasta su muerte registrada en la Ciudad de México el 15 de junio de 1879 por causa de un infarto. Reconocimiento y homenajes La Secretaría de Fomento publicó en dos tomos la obra dispersa de Ramírez que pudo encontrarse en periódicos revolucionarios; pero con lo publicado basta para proclamar que Ignacio Ramírez es uno de los altos representativos de las letras mexicanas y digno de ocupar su puesto en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México. Mediante el decreto número 56, publicado en el Periódico El Estado de Sinaloa, No. 18, del 14 de febrero de 1957, el Congreso del Estado de Sinaloa declaró Benemérito del Estado al ciudadano Licenciado Ignacio Ramírez, así mismo acordó se escribiera con letras de oro en el Salón de Sesiones del Palacio Legislativo la siguiente inscripción: "Lic. Ignacio Ramírez, "El Nigromante", Constituyente del Estado de Sinaloa. 1857." Un pueblo del Municipio de Guadalupe Victoria, Durango, lleva su nombre y esta dedicado a la agricultura y tiene alrededor de 5,000 habitantes, así mismo, en gran cantidad de ciudades del país existen calles con su nombre. El Centro Cultural Ignacio Ramírez "El Nigromante" (San Miguel de Allende, Guanajuato). Y existe una estatua suya en el Paseo de la Reforma. Mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central Su ateísmo fue causa de escándalo cuando el muralista Diego Rivera pintó un mural en el hotel Del Prado con Ignacio Ramírez sosteniendo un letrero diciendo "Dios no existe". Rivera se rehusó a eliminar la frase por lo que el mural estuvo oculto por 9 años - luego de que Rivera acordara eliminarlo. El afirmó: "Para decir que Dios no existe, no tengo que esconderme detrás de don Ignacio Ramírez; soy un ateo y considero la religión una forma de neurosis colectiva. No soy enemigo de los católicos, así como no soy enemigo de los tuberculosos, los miopes o los paralíticos; uno no puede ser enemigo de alguien enfermo, sólo su buen amigo para ayudarlos a curarse". El fresco fue agredido por estudiantes católicos, hubo marchas de católicos indignados y tuvo que ser cubierto hasta que el pintor lo cambió por "Academia de Letrán 1836", en alusión al sitio donde el Nigromante pronunció la provocativa frase, durante su discurso de ingreso a dicha academia. Referencias Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Ramírez

Luis Yuseff Reyes

Luis Yuseff (Cuba, Holguín, 1975). Poeta y narrador. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Tiene publicados El traidor a las palomas (2002) y Vals de los cuerpos cortados (Premio de la Ciudad, 2003), ambos por Ediciones Holguín, Yo me llamaba Antonio Broccardo (Premio Alcorta, Ediciones Almargen, 2004), Esquema de la impura rosa (Premio América Bobia, Ediciones Vigía, 2004), Golpear las ventanas (Premio Pinos Nuevos, Editorial Letras Cubanas, 2004) y Salón de última espera (Premio Calendario, 2005, Casa Editora Abril, 2007). En el 2000 obtuvo el premio Nuevas Voces de la Poesía en Holguín y en 2005 el Celestino de Cuentos, Vértice de Cuentos Breves y mención del VI Premio de Poesía Nósside Caribe. Poemas y cuentos suyos aparecen recogidos en varias antologías: El árbol que silba y canta (Ediciones Holguín-Ediciones La Luz, 2004), Antología del II Premio Internacional de Poesía Amorosa (Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca, 2004), Extraños Íntimos: Retratos Poéticos de Ficción (Hidden Brook Press, Toronto, Canadá, 2004, Edición Bilingüe), No Love Lost III. An International Anthology of Poetry (Hidden Brook Press, Toronto, Canadá, 2004, Edición Bilingüe), La madera sagrada (Ediciones Vigía, 2005), Puente del tiempo (Ediciones Holguín, 2006), Memoria de los otros y Cuarto Libro de Celestino (Ediciones La Luz, 2007). En el 2006 fue incluido en las antologías en soporte digital Un lugar para la Poesía (Editorial Cuadernos Papiros-UNEAC-Ediciones Holguín) y Los Ángeles también cantan, Selección de Poesía Latinoamericana de la Revista de Literatura y Arte OLANDINA y Casa del Poeta Peruano. En el año 2005, la Asociación Hermanos Saíz, en Holguín, le otorgó su premio a la excelencia artística “Venga la Esperanza”. Luís Yuseff es licenciado en Química Pura por la Universidad de Oriente y actualmente se desempeña como editor principal de Ediciones La Luz. Referencias Arte Poética - www.artepoetica.net/Luis_Yuseff.htm EcuRed - www.ecured.cu/index.php/Luís_Yuseff_Reyes_Leyva

Félix Pita Rodríguez

Félix Pita Rodríguez (Bejucal, La Habana (Cuba), 18 de febrero de 1909 – La Habana, 19 de octubre de 1990) fue un escritor, poeta, periodista, narrador y crítico literario cubano. Obra Narrativa y Poética Escritor de libros como San Abul de Montecallado, 1945, Corcel de Fuego, 1948, Tobías, 1955 , Las Crónicas. Poesía bajo Consigna, 1961, Las Noches, 1964, Historia tan Natural, 1971, Niños de vietnam, 1974, Poesía y Prosa 1976, La Pipa de Cerezo, 1987 entre otros. Premios y Jurados Laureado en 1946 con el premio internacional «Hernández Catá» con su relato Cosme y Damián, Fue Vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores de Cuba y Presidente de su Sección de Literatura, miembro del jurado de los principales concursos nacionales e internacionales como el Premio Casa de las Américas y el auspiciado por la Unión Nacional de Escritores Cubanos (UNEAC). En 1985, como reconocimiento a la totalidad de su obra, obtuvo el Premio Nacional de Literatura, y en 1986 el Premio de la Crítica por su libro De sueños y memorias. Por su señalada contribución a la cultura nacional le fueron conferidas la distinción Por la Cultura Nacional y la orden Félix Varela. Valoraciones críticas «Por eso, por ser tan buen poeta, es Pita Rodríguez tan buen cuentista. Un narrador lírico de hondo realismo, cuya prosa es relato y poema, virtud que la sitúa entre las de mayor rango en nuestro idioma, quiere decir el de Cuba y el de España.» (Nicolás Guillén). «Hay en Tobías relatos excelentes y algunos, como el que abre el libro, realmente antológico. Muy pocas veces se ha llegado en nuestra lengua a cosa tan lograda. Te felicito mucho por ello.» (Juan Marinello). «¿Será posible que se pueda hoy leer por gusto un libro como éste Historia tan natural? Claro que será posible. Destápesele ya y siéntase que buen aroma tiene.» (Eliseo Diego). «En su poesía, en sus cuentos, en sus crónicas ágiles, en sus poemáticas biografías, en toda la brillante producción de este gran artista de la pluma florece siempre la experiencia de su fecunda y aventurera vida. Así ha vivido y así ha soñado.» (Regino Pedroso). «Su poesía responde a la carencia de normas fijas en su expresión, que lo convierte en un poeta cercano a la escuela surrealista, quizás el único cubano que podemos señalar como representante de tal movimiento.» (Roberto Fernández Retamar). «A la poesía cubana – a esa dimensión trascendente de nuestra vivencia nacional- hacía falta, desde hace tiempo, este libro Corcel de fuego de Félix Pita Rodríguez.» (Ángel Augier). Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Félix_Pita_Rodríguez

Luis Rius Azcoitia

Luis Rius Azcoitia (Tarancón, provincia de Cuenca, 10 de noviembre de 1930 - México, 10 de enero de 1984), poeta y ensayista español. Su padre, Luis Rius Zunón, fue alcalde de Tarancón (1933), diputado provincial y presidente de la Diputación de Cuenca (1934), así como y gobernador civil de Soria y Jaén (1935-36). Militó en el Partido Radical Socialista de Marcelino Domingo. En octubre de 1936, como consecuencia de la guerra civil y después de un corto periodo en Jaén y Barcelona, es evacuado junto a su hermana Elisa y su madre a Normandía (Francia), donde permanece el resto de la contienda bélica, subsistiendo gracias al sueldo que tenía su padre como Tesorero de CAMPSA en París. En 1939 se trasladó a México con su familia, país que ya no abandonará nunca. Se doctoró en letras por la UNAM y fue profesor en la Universidad de Guanajuato, en la que dirigió la Escuela de Filosofía y Letras. Fundó varias revistas literarias: en 1948, junto a Tomás Segovia, Manuel Durán y otros la revista Presencia. Con Inocencio Burgos y otros, crea Clavileño. En estas revistas colaboraron también Enrique de Rivas, Pascual Buxó, Nuria Parés, etc. Colaboró como editor en la revista Segrel, y también en Cuadernos Americanos, Anuario de Letras (UNAM), Las Españas, Revista Mexicana de Cultura, México en la Cultura, El Heraldo Cultural, Novedades y Excelsior; se le considera uno de los poetas de la segunda generación del exilio republicano, llamada, más sintéticamente, "niños de la guerra" y formada, además de él, por Tomás Segovia, Nuria Parés, Manuel Durán, Carlos Blanco Aguinaga, Ramón Xirau, Enrique de Rivas, etcétera, todos ellos nacidos entre 1925 y 1937. Dio clases en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Universidad de San Luis de Potosí, en la Universidad Iberoamericana y en el México City College. Se casó en 1968 con Pilar Rioja, bailarina mexicana de flamenco, hija de padres españoles. En sus poemas dominan el conocimiento de los clásicos, el simbolismo y la contención, muy expresiva en los versos breves. También escribió numerosos ensayos sobre la poesía española del exilio y su gran biografía sobre León Felipe. Además del amor, su tema dominante es la identidad: ¿De qué tierra será?, ¿dónde su mar? -dicen-, ¿cuál es su sol, su aire, su río? Mi origen se hizo pronto algo sombrío y cuando a él vuelvo no lo vuelvo a hallar. Cada vez que me pongo a caminar hacia mí pierdo el rumbo, me desvío. No hay aire, río, mar, tierra, sol mío. Con lo que no soy yo voy siempre a dar. Si acaso alguna vez logré mi encuentro -fue camino el amor-, me hallé contigo piel a piel, sombra a sombra, dentro a dentro, el frágil y hondo espejo se rompió, y ya de mí no queda más testigo que ese otro extraño que también soy yo. OBRA Lírica * Canciones de vela, Segrl, 1951. * de ausencia, Universidad de Guanajuato, 1954. * de amor y sombra, Era, Alacena, 1965. * Canciones a Pilar Rioja, Finisterre, 1969. * Cuestión de amor y otros poemas, Promociones Editoriales Mexicanas, 1984. Antología compilada por él pocos meses antes de su muerte por cáncer. Ensayo * El mundo amoroso de Cervantes y sus personajes (1954). * Los grandes textos de la literatura española hasta 1700 (1966) * León Felipe, poeta de barro (Biografía), 1968. 2ª. edición, Promexa, 1986. Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Rius Luis Rius. Poeta con el corazón dividido Por Montserrat Ramírez Castañón Escritor de fina sensibilidad, Luis Rius (1930-1984), pertenece a la segunda generación del exilio español que formó parte del mismo sentimiento nostálgico de la República perdida. Después de 27 años, el Fondo de Cultura Económica (FCE) reedita su libro Verso y prosa (Colección Tierra Firme) con un texto introductorio de Arturo Souto Alabarce, Arcelia Lara Covarrubias y Gonzalo Celorio. Luis Rius, considerado uno de los mejores poetas de los años cincuenta y sesenta era un hombre de brillante personalidad: abierto, buen amigo, excelente conversador y maestro, enamorado y, sobre todo, sensible; pero a la vez angustiado, solitario y melancólico en el fondo. Su poesía es una constante búsqueda de sí mismo, la extrañeza de su vida frente al exilio, a la mujer amada, al pasado nebuloso y, lo más conmovedor –parece paradójico, pero no lo es–, muestra la estupefacción ante un futuro que en lo profundo se le presenta como desarraigo impreciso, destierro perenne. Desterrado en el tiempo como en isla infinita, sin retorno. Exiliado en esta edad que avanza, que declina, que no cesa, que huye, río al mar, día a día. Olvidada en el mar me dejé yo la vida. Luis Rius Azcoitia nació en 1930 en Tarancón, Cuenca. Exiliado por herencia llegó a México con sus padres a los 8 años y formó parte de esa sociedad que enfrentó el destierro desde antes de la Guerra Civil Española (1936-1939). En su infancia y adolescencia se educó con la comunidad española del exilio, bajo el mismo sentimiento nostálgico de la República perdida y el desprecio al gobierno franquista, aunque él prefirió mantenerse alejado de la política, pues había contemplado la amarga experiencia de sus padres. Penetraron en el niño desterrado el ambiente y sentimiento de hispanidad; elementos coherentes con el enorme deseo de volver a la España de sus mayores; sin embargo, le estorbaron para el pleno desarrollo de su vida en México. Los hijos de los transterrados nacidos en España «se hicieron en América, se nacen –diría Unamuno– en México. Remontan el tiempo, buscan su identidad, y en un momento dado comprenden que el tiempo se ha hecho carne propia».1 De aquí deriva la absoluta ambigüedad o dualidad en la que han vivido: la españolidad que proviene de sus raíces, pero que es insostenible en sus recuerdos; y la mexicanidad manifestada en su desempeño cotidiano. De tal suerte son españoles y también mexicanos; o quizá, ni son españoles ni tampoco mexicanos. La segunda generación de escritores del exilio,2 a la que pertenece Rius, se caracteriza por una situación singular: entre la de los netamente españoles, como sus padres, y la de los mexicanos, como serán sus hijos; el mismo poeta la denominó «fronteriza». Y este hecho es la huella primordial en su creación artística: españoles por nacimiento y educación; mexicanos por circunstancia. «¿Son mexicanos o son españoles?» –se pregunta Octavio Paz. Y responde: «El problema me interesa poco; me basta con saber que escriben en español; la lengua es la única nacionalidad de un escritor».3 Esto es incuestionable, sin embargo escriben desde la perspectiva de la ausencia, la nostalgia, la orfandad del pasado que contrasta con la realidad: la presencia de la cotidianidad mexicana. En resumen, una extraña naturaleza ha acompañado a Rius –y otros más– aún después de muerto: se le considera escritor mexicano, ya que su nombre se incluye en el Diccionario bibliográfico de escritores de México;4 y también español, pues aparece en el Diccionario Espasa de Literatura Española. Rius escribe para conocerse, revelarse, trata de comprenderse a sí mismo. La cualidad de su creación es subjetiva; por ende, su poesía está impregnada de interrogantes sobre su identidad con un carácter existencial: ¿Quién soy yo aquí, quién soy en esta tierra de hombres … entre hierro y petróleo…? Se cuestiona ante su presencia forastera en México; o bien, mira desde la otra perspectiva, la de los mexicanos: ¿De qué tierra será?, ¿dónde su mar –dicen–, ¿cuál es su sol, su aire, su río? Y él mismo responde: Mi origen se hizo pronto algo sombrío y cuando a él vuelvo no lo vuelvo a hallar. Cada vez que me pongo a caminar hacia mí pierdo el rumbo, me desvío. Estos versos pertenecen al poema «Acta de extranjería», publicado en su último poemario, de 1984, año en el que falleció a los 54. El sentimiento de desarraigo, que figuró desde sus primeras creaciones, le forjó un sello de madurez, quizá poco natural si no se conoce su propio despertar en el destierro. A los 21 años, publicó su primer poemario, Canciones de vela (1951), en el que escribe: Soledad, tú y yo en la tarde muerta. Compañera mía, triste amiga vieja. … Hoy duele más hondo el corazón, llega más claro el silencio, la vida más lenta. Con el paso del tiempo, este sentimiento fue más profundo, más nostálgico: le dolía la condición de ser hondamente desterrado. Es una sierpe herida que se arrastra en la noche congelada de un invierno sin tierra. Se intensifica la desesperanza, el desaliento, la soledad «alta como un pino», –así la adjetiva–; y, de manera muy importante, la dualidad: esa condición de no ser él sino otro quien debió habitar su esencia, ese ente volátil que quedó en la lejanía del tiempo, en un pasado en el que no tuvo oportunidad de existir, pero que encarnó su esencia: Yo fui, no soy, y mi verdad es ésta, mi presencia conmigo, la más mía; ser tan sólo memoria y lejanía, jugador ya sin carta y sin apuesta. Si ahora digo que fui, que tuve puesta la vida en ejercicio, que vivía, muy bien me sé que igual melancolía me daba entonces similar respuesta. Entonces ya también había vivido sin vivir ni esperar un venidero instante, un presente no cumplido. Siempre he sido pasado. Así me muero: no recordando ser, sino haber sido, sin tampoco haber sido antes primero. La infancia quedó en la lejanía de su origen, en tiempo y en espacio, del pueblo manchego en el que nació y en el que debía haber transcurrido su vida de forma natural. El cambio radical que le dio el destino lo fuerza a un abandono prematuro de sí mismo, al tomar conciencia y cuestionar su naturaleza, descubre a otro en el que reconoce su silueta, su sombra, un ente que percibe o vislumbra, pero al que nunca alcanza; se le ausenta o se le pierde en la nebulosa, en la indeterminación de sí mismo. Él se reconoce como sombra de su propia sombra. Aquel que nunca fui viene a llamarme al corazón y viene a entristecerme. … Él nunca pudo ser; es como el aire que me roza las manos y la frente; nació sin cuerpo, más desheredado que yo, más desasido, más ausente. … Alguna vez lo olvido. Me enajena el gozo de vivir algunas veces. Entonces, ¿dónde va? Pero muy pronto algo me avisa al corazón, me advierte, y ese gozo se va volviendo extraña sensación de no ser yo quien lo siente; de no ser yo del todo; ser a medias; muerto y vivo; una sombra. … Y ya con él, yo entro, en compañía, siento la vida verdaderamente. La poesía de Rius es el gran viaje interior, la búsqueda de la esencia, y en ese sentido es ontológica, auténtica. También se cuestiona sobre el tiempo y la significación que ha tenido en su vida. Es el tiempo en el que se detuvo su propio ser, antes del destierro; magnitud a la que estaba destinado a vivir en los espacios que se habían reservado para él, según su genealogía personal, y que la adversidad le arrebata: Yo pienso en otras horas de otros años. … Eran mis horas, era mi vivir cada día atesorado. … ¿Cuánto tiempo pasó que no he sentido? Sigue el reloj contando al mismo son su cuenta … ¿Qué le ha pasado al aire? ¿Son aún mías estas horas? ¿Y vivo aún? ¿Aún canto? La poesía citada refleja los mundos internos; sin embargo, el poeta también crea imágenes. El siguiente poema (en Canciones de amor y sombra, 1965), revela magníficos claroscuros de índole literaria clásica, a la que se avocó el poeta. La noche aguarda afuera honda como el mar, fría. La breve espiga de oro de la lámpara brilla sobre mi mesa. Sombras en las paredes me vigilan. Yo escudriño el silencio con los ojos. Mi sangre, perseguida de tanta noche, a golpes lleva en mi sien la cuenta de mi vida. Inmóvil, yo también soy sombra hambrienta del hambre de vivir mañana todavía. De cuando en cuando, asoman paisajes y sucesos meramente circunstanciales, como en «La calle de Pósitos», poema con ecos de García Lorca y Machado. Rius dibuja aspectos de una vida rural semejante a la que pudo haber vivido en su natal Tarancón. La línea tradicional literaria de canciones, romances y villancicos, a la que dedicó sus primeras creaciones, con el tiempo marcaron su obra: La recua viene trotando bulliciosa, calle abajo. Calle abajo el sol asoma entre los cerros plateados y los ángeles despiertan al día en el campanario. Fresco amanecer de luz y de humildad inflamado. … Alegre tamborileo de la calle con sus cascos. Y el carbonero detrás con una piedra en la mano, hosco y pardo, corre y grita, con la voz la va arreando. Voz del monte, tempranera, que se pierde calle abajo. En 1952, José Rojas Garcidueñas, fundador y director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato invitó a dar clases a Rius y a otros jóvenes intelectuales (Juan Villoro, Horacio López Suárez y Ricardo Guerra). Los recién llegados alquilaron una casa en la calle de Pósitos –inspiración y título del poema anterior–, número 77, adonde iba por largas temporadas a unírseles el siempre errante Pedro Garfias –a quien Rius admiró como poeta aunque no influyó en su estilo. Compartieron el auge cultural de la ciudad de Guanajuato, que en 1953 realizó el primer Festival Cervantino. Se involucraron en el evento y participaron en la dramatización de Don Quijote de la Mancha y de algunos Entremeses de Cervantes. Hacían teatro en las plazas públicas, reunían al público que deambulaba por las calles hasta hipnotizarlo con sus actuaciones y envolverlo en la trama. Esa veta gozosa de vida del poeta queda también plasmada en creaciones de temática amatoria, la otra gran vertiente en su creación. Luis Rius se enamoró varias veces: De querer tanto y tanto, no sabría qué querer más de ti que no pudiera querer más todavía. Por tu cuerpo te quiero; y más quisiera mi deseo que no acaba ya, de prisa, escalándote entera, a ti, de tan lejana, tan sumisa a mi voracidad de enredadera que sube de tus pies a tu sonrisa. … Fue el amor igualmente búsqueda de sí mismo a través del ser amado, del eros que lo vinculaba con la fuerza vital trascendente y con la cotidianidad. Admiraba la danza, en específico el flamenco andaluz, motivo inspirador de un genuino sentimiento de amor que toma forma en Canciones a Pilar Rioja, libro que obtuvo el Premio Olímpico de Poesía en 1968. Podría bailar en un tablado de agua sin que su pie la turbase, sin que lastimara al agua. No en el aire, que al fin es humano el ángel que baila. No, en el aire no podría, pero sí en el agua. A Luis Rius le angustiaba la muerte, no sólo la de todo ser vivo sino la de las cosas: todo acaba, todo termina… El amor y los momentos amorosos contrarrestaban esta perspectiva, eran una salvación: consuelo de la angustia existencial de lo que termina. Y entre todo lo que finaliza, también el amor como experiencia sensual concreta aunque el sentimiento trascienda la muerte. Lo ejemplifico el siguiente soneto: Sólo tú quedarás, yo estaré ausente; rota mi voz, mi sangre congelada. Caminante, cumplida la jornada, la dura tierra cubrirá mi frente. Sólo tú quedarás, prístina fuente del corazón, honda verdad, brotada. Oh, vida que, a mi muerte arrebatada, fluirás eternamente. Pasión de mi alma, amor, qué duradero serás en la nostalgia del sendero. Yerto mi cuerpo ya, mi voz perdida, tú quedarás y yo no podré verte: amor más verdadero que la vida, amor más poderoso que la muerte. Amor más poderoso que la muerte alude a la pasión, a la visión lírica característica del amor occidental que emana del amor cortés, en el que no se exalta la satisfacción de la pareja, sino lo opuesto: el sufrimiento, en este caso, determinado por la muerte: … Tú y yo ya no estaremos. Nuestras almas, vagando sin sangre y sin camino. Pero la noche quedará esperando, eternamente viva, para poder a veces recordarnos. La lírica de Rius surge de la experiencia concreta y precisa; y aunque sus poemas linden con lo ideal y lo abstracto, su transparencia no evoca el más allá, permanece en la esfera de lo conocido y determinado por los sentimientos propios: del amor y desamor, del encuentro y desencuentro, del erotismo, de la presencia y la ausencia de la amada que luego transmuta poéticamente. Ahora bien, esta parte vívida y real tampoco se presenta a través de un lenguaje erótico sin paliativos, se contiene y esboza imágenes y deseos que alientan al clímax matizando la emotividad: Ciervo amor entre sábanas, de amor por fin cautivo. El miedo estremecía su cuerpo ágil y fino, y el goce lo amansaba de tibio escalofrío. Oh, sus ojos, sus ojos de ciervo sometido. Abatido por una enfermedad incurable, Rius preparó el último de sus libros desde la cama de un hospital. En él reunió creaciones de sus cuatro poemarios anteriores y otras inéditas, sin haber logrado publicarlo. Cuestión de amor y otros poemas fue una obra póstuma, que ahora vuelve a ver la luz en Verso y prosa.7 Así, trasciende al dejar plasmadas sus percepciones sobre la temporalidad, la otredad, el destierro, la soledad y la aparente enajenación del goce circunstancial, mediante la transparencia de la palabra: Llegó aquí después o antes, a destiempo. Erró los caminos y los paralelos y los meridianos, los mundos enteros. Él iba a otro mundo. Llegó aquí. Extranjero fue de sus palabras y de sus silencios, de todas sus horas, de su mismo cuerpo. Él iba a otro mundo. Legó aquí. Y ha muerto un día cualquiera, en cualquier momento, antes o después, pero no a su tiempo. Él iba a otro mundo. Lo desvió el viento. Un profundo surco hendido por el destierro y el amor en la inmensidad de la tierra es la poesía de Rius. Con sus dos vertientes: el tánatos no sólo en la muerte física sino en la cósmica, y el eros, como lo único que lo puede salvar. Su obra está impregnada de un tono intimista, sereno equilibrado, nostálgico y de gran sutileza en el lenguaje. Es precisamente esa armoniosa interiorización unida a la perfección poética lo que la perfila como clásica. Referencias http://istmo.mx/2011/03/luis-rius-poeta-con-el-corazon-dividido/




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