Hermosa era la tarde
en que los dones,
acompañaban la mirada
de la vida.
Hermosa era la noche
en que la paz,
en una estrella fugaz,
se convertía
Y son hermosas
las ganas de vivir,
de esperar, de perdonar,
confiar en quien confías.
Porque con ganas de vivir,
se pueden revivir,
tardes y noches,
con quienes amas,
y aquellos días.