#EscritoresArgentinos (1975) Poesía Sexta Vertical
Inventar el regreso del mundo después de su desaparición. E inventar un regreso a ese mundo desde nuestra desaparición. Y reunir las dos memorias,
Ahora tan sólo, en este pobre rostro en que te cae… he visto el rostro de la niña que… y te he sentido varias veces mi ma… Me he sentido el hijo de tus juego…
El amor empieza cuando se rompen l… y se dan vuelta las solapas del tr… cuando ya no hace falta pero tampo… la vejez de mirarse, cuando la torre de los recuerdos,…
No nos mata un momento, sino la falta de un momento. No nos mata una sombra, sino la ausencia aleatoria de una… perdida probablemente en un decliv…
Lo enterraremos todo, los brazos, el movimiento y la pal… la pasión de los viernes, la bandera de andar solos, la pobreza, esa deuda,
Hay corazones sin dueño, que no tuvieron nunca la oportunid… de regir como un péndulo casi atro… el laborioso espasmo de la carne. Hay corazones de repuesto,
En las entrañas del verano, como una fibra más clara, repercute la voz del heladero. No es la infancia que vuelve. No es algo de dios que se ha vesti…
Me visitó una nube. y me dejó al marcharse su contorno de viento. Me visitó una sombra. Y me dejó al marcharse
Quizás nos quedemos fijados en un… pensándolo para siempre. Puede ser que la eternidad no sea… que concentrarse sin alrededores en el pensamiento más denso
Detener la palabra un segundo antes del labio, un segundo antes de la voracidad c… un segundo antes del corazón del o… para que haya por lo menos un pája…
¿Cómo amar lo imperfecto, si escuchamos a través de las cosa… cómo nos llama lo perfecto? ¿Cómo alcanzar a seguir en la caída o el fracaso de las co…
La mano se extiende, pero a mitad de camino a detiene una imagen. Y se marcha entonces con ella, no para poseerla
Una lámpara encendida en medio del día, una luz perdida en la luz. Y la teoría de la luz se rompe: la mayor retrocede
Hay que caer y no se puede elegir… Pero hay cierta forma del viento e… cierta pausa del golpe, cierta esquina del brazo que podemos torcer mientras caemos…
Usar la propia mano como almohada. El cielo lo hace con sus nubes, la tierra con sus terrones y el árbol que cae con su propio follaje.