Nunca he dejado de amarte
ni cuando estabas,
ni cuando volviste,
ni cuando te fuiste,
siempre se ha mantenido el cariño, el lípido, el fuego
la única diferencia de este amor que te tengo y al amor que te tuve, es que ese cariño es nostálgico,
ese lípido está limitado y ese fuego...
ya no quema.
Te amo
infinitamente va a ser así,
simplemente ya no anhelo tenerte aquí
amo verte crecer, amo que te vaya bien, amo nuestros reencuentros;
amo que logres amar, amo mirarte triunfar, te amo en mi pecho en su centro.
Te amo como alguien que amé,
alguien que me conoció
y alguien que me amó de regreso.
Te amo como alguien con quien compartí mi cuerpo, mis besos.
Te amo como alguien que tuvo que pasar,
alguien que tuve que soltar.
Te amo porque el destino te puso en mi camino para que yo me pueda amar.
Quizás nunca volvamos a enamorarnos, pero te amo por la versión de nosotros que lo hizo.
Te amo, porque en su momento, gran parte de mi lo hizo.
Nunca he dejado de odiarte
ni cuando acabamos,
ni tras las disculpas,
ni cuando soltamos;
se mantiene la herida en cada memoria
el enojo al revivir cada discusión y aún ahora, pensarte me parte el corazón.
¡Te odio!
nunca he dejado de odiarte,
de creer que no me merecías,
de arrepentirme por esos días.
Te odio, porque me odio por haberte querido
Te odio, porque de mi cabeza no has salido
Te odio, por haberte ido
Te odio, porque es más fácil odiarte que quererte conmigo;
Te odio, porque sigo esperando encontrarme contigo
Te odio, porque es más sencillo que llorarte
Te amo, porque te odio,
Te odio porque no puedo dejar de amarte.