Hace falta estar a punto de morirse para caer en la cuenta de que nada en esta vida

Hojeando un libro de Rilke en edición bilingüe alemán/inglés que me he encontrado

Gente. Pedazos de carne con patas. Dos cosas que se llaman ojos.

Todo el día queriendo redactar este poema y ahora no recuerdo qué se supone que tenía que decir.

Salgo del trabajo. Los huesos, el… dulcemente dolorido, como –a veces… después de un polvo de los buenos. La luna, sajada en dos pedazos, me… el ojo ese famoso de Buñuel,

Las palabras son inútiles, tercas,… como tornillos que no entran recto… Y me cansan. Pero son lo único qu… Los juguetes de un niño pobre. Yacen destripadas a mi alrededor.

Tú sí tú no tú sí tú no tú sí

Tu padre se está metiendo coca, tu… no te deja estar, y ahora que por… desechar otros vicios que no fuera… el condenado tabaco y el café. Llegas a casa, enciendes la T.V.

Lo llaman algunos. Otros dicen: «Hace falta valor, coraje, resistencia.» Y el caso es que nadie sabe nada.

«Soy yo. Estaba por aquí abajo. Invítame a un café.» «Estoy un poco liado.» «Es igual. Tú sigues

Me llama. Está borracho. Un poco borracho; la lengua le patina, y me imagino su babosa, su estúpida sonrisa.

El humo cuelga en la estancia como un chiste malo. Lou Reed habla de familias rotas desde los altavoces:

Releyendo 10 años después El árbol de la ciencia Me pregunto —entre otras cosas

Es inútil, le dije. Escribir. Escribir es inútil. Ya, me contestó. Ya lo estaba yo pensando

Y ahora que estás en España que como ya sabrás