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Mujer, grita, no te calles.

Rosanelly Carrión

Casabe en la lengua, vestida en enagua, desnuda en el fango y en el hogar.
Esclava y politeísta, vendida, violada, usada, maltratada.
Vengo del más allá, de polvo y costillas, compañera de hombres, madre de mellizos, vista en insectos, la primera en pecar.
Mujer de carne y hueso, con cabellos oscuros que quizo tiñar, color fuego rebeldista, luchando por el voto, por la libertad.
Mestiza en mis facciones, en mis costumbres y al hablar.
Pariendo violadores, comunistas, sexistas, cobardes, malditos sin piedad.
Dando vida a caballeros, accionistas, liberales, soñadores, pensadores, hombres de admirar.
He comenzado callada y sumisa, sin derecho protestar,
me he cansado del abuso, aquí no hay miedo, he visto el mismo potencial.
Nací del grito y la rebeldía y fui alimentando hogar por hogar.
Arranqué los trapos con los que me vistieron y le mostré al mundo que no hay nada que ocultar, dejando mis pechos al descubierto y alimentando a MI hijo donde fuese a necesitar.
Acusaron, señalaron, blasfemaron a la hermosa naturaleza de dar pecho a un hijo para alimentar.
Vengo del ayer, del hoy y del mañana, se ha logrado mucho, pero queda por lo que protestar,
la indiferencia aún no acaba, la conformidad no da que bastar,
mujer no te quedes en la tranquilidad, lucha por la igualdad,
que la verdadera belleza, está en la libertad.

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