Yo...
Vivencias de San Lleva'o
A estas horas del partido todos se fueron: el sueño, los amores, los amigos, las musas, el café, la fama...
¡Todos! ¡Todos! ¡absolutamente todos!
Murieron, huyeron, se esfumaron o sencillamente no volvieron. No están.
La puerta de esta casucha quedó entreabierta como de costumbre, el frió de San Lleva’o se cuela como un ladrón en la noche; me revienta las rodillas, me revienta el corazón.
Miro con absoluto desprecio el infinito que desprende esta mierda de ausencia, miro al rededor, no veo nada, no atisbo nada, me causa ira, me causa lastima, me causa nauseas.
Supongo que ha de ser que es mi turno, irme tal vez o quedarme a resistir con terquedad y compartir; ¿los pocillos del tinto, las revistas de la mesita de noche, el sillón, la tv, las almohadas? ¿con quien?¿con ese otro Yo? ¿ese que desconozco de a pocos? ¿ese que muchas veces repudio, que detesto? Sí, con ese mismo, un Yo que vive ligado, maldito a mí, que nunca escogí...
Me pasé una vida entera juzgando a otros, culpándolos de mi mismo, de mis ambiciones, de mis frustraciones, de mis ausencias de mí sin saberlo.
He intentado ahogarme sin saberlo
He intentado borrarme sin saberlo
He intentado, he intentado, he intentado, he intentado...
Sin saberlo.
Cuán solo estoy y cuán solo me quedo, debo lidiar el vacío que estrecha mis manos, debo lidiar con ser como los otros e irme o ser como Yo mismo y quedarme.
Larry
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