Del libro Aquí no duele -50 poemas-, Buenos Aires, Ed. Vinciguerra, 2010
Capa sobre capa encebolladas como dice Vallejo mundo sobre mundo primero madera después piedra
Sólo miedo de palabras sin miedo en geografías cotidianas donde está el todo que pulsa golpea se dilata se contrae clama… llanura abierta sin leyes de merca…
A esa hora del ocaso la de antes de limarse la luz desde el mar usurpo la última fosforescencia la imagen de un arco crecido
Estuve en Saint Patrick´s Cathed… una vieja balada irlandesa me tran… pífanos gaitas y luces es 22 de ju… lo veo por televisión ha muerto J… Le decían John John y todos lo co…
Amaneció con la noche puesta y sacó a pasear al perro. Esa es la hora en que tiene chorreada pegajosa junto con el maquillaje
Muy de vez en cuando cierro los ojos para asistir a ese encuentro. Domiciana Belén se llamó en esta… le decían Graciana
Afuera rugía el viento desatando los campos. Silueta indómita me habló sin palabras: cuando maduren las uvas
Vi a un hombre entrar al vagón con… leí al pasar en un titular encomil… en una pantalla en el subte y sentí en la piel que el cosmos se amplía en cárcel…
Es esa hora incierta en que en el aire sólo laten los relojes en la casa. Seis y algo ganas de seguir durmiendo
Siempre el mismo es el eco de los ecos de un solo eco más ligado al ultraje
Y Dios lo hizo morir durante cien años y luego lo animó y le dijo: Acápite del cuento El Milagro Secreto, Ficciones, J. L. Borges “Fue en la Nochebuena de 1938, el mism...
¿Hacerle caso al obsceno hastío de… El cielo y el infierno y en el med… y seguirle la huella al alarido de… para atrapar el viento.
Con los ojos leales en la periferia de la realidad estuve aquí siempre al borde del miedo al abismo. Apariencias diluidas
Ella tiene veinte años y me dice l… y con un gesto añade típico de una mujer diría él de la palabra receta. Seducir hacer creer
Qué suaves besos verticales que