Yo te miro, desde la lejanía. Atino el tiro, sin saber la melodía. Me das la espalda,
Te tuve en mi mente Te vi en mis sueños Estuviste presente Como perro y su dueño Quiero dejarte
Me despojo de mis prendas, ya no sirven para cubrir todas mis metas, ahora solo me oprimen. Prefiero descalzarme
¿Y esperas que sea luz, cuando todo me atormenta? Yo solo sobrevivo, y sé que a veces cuesta. Pero es inhumano el pensar
Váyase usted de agrio sabor váyase a su merced y déjeme sin calor. De mi mano libres sed
Es la incapacidad lo que me desespera, el no poder, la posibilidad de seguir en tu lista de espera. me asfixia el conocimiento,
Las farolas alumbran, la tristeza de Berlín. De noche cerrada, ya marchitada. Sigue caliente,
Una densa niebla me separa de la gente, del ruido de su sonido. Me separa de la sociedad
Avanzo hacia lo inseguro, lo incierto. Siento el agua recorriendo mis pies descalzos. La luz hace lustros que no rebota
Todos van a tu merced nada tiene sentido repartiendo estupidez no siento haberme ido. No me siento demente
Necesito saber por qué estoy aquí. Me necesito mover pero no quiero ir hacia allí. Todo es tétrico
Brillante y luminosa la mañana se alza, y trae consigo bellezas inexpugnables. Tesoros cotidianos
Puede ser que esa niña repose tras mi ser y aun así ose salir corriendo,
Me perdí, buscándote en mis versos. Y te perdiste, en tus melódicas retahílas. Esas que siempre entonabas,
Cuando el Sol se repliega y la noche despunta, el crepúsculo aparece, y no demora. Cuando el Sol se repliega,