Cargando...

CHAU VERNER

O LOS TIEMPOS QUE TE TOCAN COMO A UN TIMBRE SIN PILAS

Solía sentarme en el mostrador de “la gota de grasa”
en una esquina que existe en otro lugar;
una copa de tinto y el pingüino
que me miraba con ojos suplicantes;
mientras babeaba la sangre vegetal que Cristo no tenía.
Al rato llegaba un Austríaco que se llamaba Werner
y en honor a su nombre o a Dionisio pedía un DobleV
Durante un cuarto de hora ni nos mirábamos
hasta que el alcohol disolvía nuestro corchos
Hola
hola
¡HOLA!
HOLA
¡¡HOLA!!
Si Verner la puta madre ¡HOLA!
Como dos borrachos sin la droga;
Después eran horas de filosofía de bares, prostíbulos y plazas
Don Carlos llenaba los vidrios con las promesas falsas de las drogas baratas.
Wittgenstein, Adler, Smith, Ferguson, Kant, Nietzsche...¡Hitler!
Benjamin, Espinoza, Leibnitz, Sarmiento, Rosas, Alberdi ¡Perón!
Lorca, Hernadez, Unamuno ¡Franco! Tolstoi, Broch, Buber, Godel
Marx, Lenin, Trotsky ¡Stalin!..
Al compás del temblor en el lapacho
que hacía cantar las campanas de vidrio
donde las moscas consumían los “sanguches caseros”
que jamás probamos.
Cada puñetazo en la barra sangraba los nudillos insensibles de los curdas.
Era un recordatorio:
“La letra con sangre entra”
y una mirada seria de Don Carlos
que con su estrabismo surrealista
nos invitaba a no seguir.
Cuando “Verner” liquidaba la botella
sacaba siempre un fajo de billetes y pagaba;
jamás me dejó.
Soy rico y vos sos pobre, no seas booludfgg.
Arrastraba y cambiaba las vocales
gangueaba siempre; peor tomado.
Ayer no me avisaron el óbito
estuve ahí
solo...
Le daba vergüenza a la familia: seria, nazzi, formal, blanca... rubia. RICA por Werner.
Volví a hablar con él
tres; tal vez cuatro horas cortas
me contó que en las crateras del infierno no hay DobleV
...y el vino es agua.
Que después que cerraron “La GOTA” nos perdimos... sin querer.
Qué nunca entendió mi perspicacia y mi paciencia;
y que yo nunca entendí que lo afiebraba.
Claro que te entendí;
y le pegué al cajón con los mismos nudillos... más viejos.
Un rubio alto, macizo, con la cara jóven de él, entró de madrugada
¿Conocía a Werner..?
Verner
Si; mi padre ¡Werner!
Sí; un poco; hablamos de filosofía y bueyes en el bar; durante diez años.
¿Filosofía? Si siempre fue un borracho...
 
Viste Verner que te entendía..
 
Chauuu..
Verner
Hasta pronto.
Me iré acostumbrando al agua.

Otras obras de Sergio D'Baires...



Top