De «De un marzo los días todos»
así como ustedes tienen afán
con la mano izquierda escribamos a… en honor a los zurdos, en contra d… o usemos hoy nada más que el lado… imaginemos con el zurdo músculo in… no perdamos la ocasión, seamos zur…
—Nos vemos allá, si te parece. —Sí, seguro, pero, ¿cómo te recono… —Soy el que va disfrazado de perso…
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría
Juegos de los fuegos artificiales… Rapapolvos amangualados de los uni… Mutismo por miedo a sucumbir indig… Indolencia del régimen con el rest… Fronteras intangibles en la estrat…
Oigo a los pájaros cantar, dejo de escribir el poema…
—¿Qué libros me recomiendas leer? —Todos.
la alfabetización no clasifica par… ni el amor propio ni el respeto pr… pero sigan y descubran libremente… las ganancias de los ricos seguirá… y las pérdidas de los pobres que c…
Discípula inequívoca matando a una… Hija perfecta salvando a hijos imp… Hermana pública multiplicando por… Contravención de estatutos natural… Lógica de las hormonas futuristas…
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
Lo que perdura una vida, es un dilatado segundo. Vemos cuan inútil resulta invertir en contarlo, tocarlo, cuando estamos pisando
El secreto de este negocio es que siempre estamos leyendo.
Somos tan pequeños que ni sabemos… Somos tan pequeños que la mayoría… desconoce nuestra existencia, nues… Y somos tan pequeños que si desapa… casi nada en el universo lo llegar…
Para que los libros estén en todos los lugares.