Cargando...

A mi padre (Recopilación)

==Diario de recuerdos inmortales==

Pequeños capítulos de una vida sin ti. Una vida en la que tienes tu sitio y en la que permanecerás siempre.

A ellos, a él (8-Mayo-2006)

A ellos, los menos nombrados pero no por ello menos importantes. En homenaje al padre. Esa persona que está, en muchas ocasiones en un segundo plano, pero que te da tanto como está a su alcance. No escatima en esfuerzos para conseguirlo y te quiere. Te quiere de una forma tan intensa y desisnteresada que, aún con el paso de los años, se refleja en cada gesto hacía ti, en cada palabra, en cada mirada…
A ellos, que hoy, están ingresados, enfermos y asustados, deseando que les recompongan (porque al final así son las cosas), y vuelvan a casa  con un simple mal recuerdo.
A ellos, porque desde el principio, fueron  parte de nuestras vidas. Esa vida que empezaba a formarse y, de la mano, con una caminar acompasado y seguro nos ayudaron a crecer.  
A ti papá especialmente, porque siempre parece más vigente la figura materna y sin embargo, has estado ahí día a día con el paso de los años.  Aún sigues detrás, observando, cuidando, ayudando, mimando…
A ti papá, porque solo puedo decir que eres y has sido un buen padre… mi padre,  y te quiero.

Días duros (15-Mayo-2006)

Quizás mañana sean otros, pero estos días son de los más tristes que recuerdo. Posiblemente, sea una expresión que utilicé alguna vez más aunque hasta ahora, nunca me lo había planteado. El día 15 de Mayo, 15 de Mayo del 2006 ha sido, hasta hoy el día más triste de mi vida. Nunca podré olvidarlo ya.

Escrito está (8-Noviembre-2006)

Querido papá, aquí estoy de nuevo, delante de mi ordenador imaginando qué, pensando en qué…, ni siquiera sé qué. Desde mi coherencia sé que hace ya casi un año que no estás y que nunca leerás lo que escriba. No puedes hacerlo. Hoy pienso que debí mandar esta carta antes de que fuera tarde, o mejor, hacerme sentado a tu lado en todas aquellas ocasiones en que eras parte de mi vida y sin embargo, estabas allí sin más, por lo que no me paraba a pensar lo importante que eras y sigues siendo para mi, y mucho menos, a decirte todo lo que hoy pienso que no debí dejar guardado.
Quizás rompa lo escrito antes de terminar, o tal vez quede en medio de los borradores sin final que guardo a menudo en mis archivos, pero ahora quiero escribirla. ¿Por qué? No lo sé. Sólo que quiero ordenar mis pensamientos, volver a tus recuerdos en los míos, ya que son lo único que tengo en este momento y hacer que sigas tan presente como hasta ahora.
¿Recuerdas el día que nos conocimos? Yo no, no puedo tener conciencia de ello, aunque si de los años posteriores que fuimos compartiendo. Años que ahora se agolpan en mi mente. Años en los que nunca te dije lo orgullosa que me sentía de ti y lo mucho que te quería. ¡Cómo me arrepiento!
¿Sabes? Siento rabia y dolor, tristeza… Tantos porqués sin resolver ante una situación tan rápida como imprevista. ¿Acaso pasamos algo por alto? ¿Algo que hubiese hecho que siguieses aquí?  No, supongo que no. La muerte, envuelta en su capa negra, entró en nuestro círculo e implacable y caprichosa te atrapó en su halo de oscuridad sin más dilación. A ti, que aún tenías tanta vida y sobre todo tantas ganas de seguir aquí, se te llevó arrastrándote a su regazo hasta sucumbir en sus brazos.
Aún hay momentos, en los que, pese a que mi cerebro es su consecuencia acepta que todo acabó aquél día inolvidable que amaneció soleado, pero que fue uno de los más grises que recuerdo. Me cuesta creer que todo fue cierto y que no pudiste superarlo. Te fuiste cubierto de flores, envuelto en cenizas y acompañado de millones de lágrimas que impregnaron el aire con un violín que, de una forma tan emotiva que hacía estremecer hasta los árboles, también te daba su último adiós mientras impotentes, éramos los obligados protagonistas de una de las historias más tristes. Mi corazón se niega a admitir está realidad que no consigue que te alejes de ninguno de nosotros, porque estás más presente desde esta ausencia obligada que en los días, en los que pasabas desapercibido ante nuestros ojos.
Ahora pienso, aunque intento no pensar demasiado que, ojalá pudieras perdonarme por no hacerte participe de todo lo que nos acontecía, tanto como merecías. Y por supuesto, perdonarme a mi misma, por lo ingenua que fui, al pensar que tenía todo el tiempo del mundo para tenerte conmigo.

Aunque sé que no estás (10-Mayo-2007)

No es que no tenga claro que te fuiste, pero esto no es más de una de las mil conversaciones que he mantenido contigo desde entonces, a pesar de no tener ninguna duda de que no estás, y de que mis diálogos no son tales, sino simples monólogos en los que pienso en ti y en mi charlando e intento conservarte a mi lado de alguna forma. Imagino cómo actuarías, cómo moverías la cabeza, cómo la rascarías pensativo, e incluso, cómo te enfadarías, reirías o me escucharías ante cualquier situación.
Si vieras en lo que me he convertido estarías conmigo, llamándome, quizás reprochándome con razón, el sin sentido que me parece mi propia vida en muchos momentos, haciéndome ver lo bueno que hay en ella e intentando que deje a un lado la desidia y tristeza en el que he entrado, y la angustia que ello me provoca.
Busco escalones o caminos, por muy enrevesados que puedan ser para seguir, pero no sé como hacerlo, no sé…
Están cansados de mis llantos, lo sé. Yo misma lo estoy y me gustaría poder dejar de llorar y sonreír abiertamente. Lejos de ello siempre hay lágrimas resbalando por mis mejillas y la eterna pregunta, ¿Para qué seguir aquí? Soy consciente de que es una locura, al menos, sería lo que pensarías si pudieras oírme, y me reñirías angustiado y con fuerza, intentando transmitirme tus ganas de vivir.
Y mira lo irónico de todo esto, tú te fuiste sin querer y yo sigo aquí. Ojalá pudiera gritarte para que vinieras por mí como un día lo hizo la mujer de capa negra y guadaña, y me acompañases como hacías antaño. Ojalá pudiera borrar de mi mente todo lo que me hace reaccionar y pensar en que es absurdo no seguir luchando, y así, acabaría de una vez toda esta “vida” que no sé vivir… Ojalá, estuvieras aquí, y apoyado en cualquier pared con las manos en tu espalda, me pudieras decir._” No pasa nada, todo está bien”_. Y lo estaría. Entonces lo estaría y te diría que sé que todo irá pasando y volveré a luchar, pero nunca dejarás de hacerme falta. Me haces tanta falta...

                                                       “...Ojalá pudiera volar hasta
                                                          Y allí, en el universo infinito,
                                                          Oír tus palabras de aliento...”

A la muerte (11-Noviembre-2007)


Hace mucho tiempo que quería escribirte, pero no encontraba la forma de hacerlo. Quizás no sea la más adecuada, pero no importa. No quiero saludarte, solo decirte, gran dama maligna que, ganarás batallas, muchas, que serán grandes derrotas en las que arrastraras a tu paso la vida de seres queridos. No podré evitarlo, pero no olvides que tu triunfo nunca será completo.
Mientras mi mente mantenga el recuerdo del más mínimo detalle de aquellos que te llevaste, seguirán vivos de alguna forma y tú, espectro de las tinieblas, tendrás sangre y destrucción, pero nunca te llevarás contigo su presencia en mis días.
¿Sabes? Puedes abrirte paso en tu propia oscuridad, e intransigente arrastrar con tu larga capa negra la vida, dejando a tu paso desolación, tristeza, rabia… y mil sentimientos, a veces inexplicables, pero nunca podrás llevarte mi memoria. Ni la sonrisa burlona que se dibuja en mi cara cada vez que un pensamiento hace que tú pierdas una batalla. Y créeme que por mucho que te esfuerces solo te llevarás la carne, nada más… no conseguirás apartar de mi ni uno de los mil momentos compartidos. No, mientras me quede un mínimo de cordura. No me asusta tu guadaña porque nunca mis recuerdos caerán en el olvido.

Más y más recuerdos (20-Marzo-2008)

Cómo en otros muchos momentos estoy pensando en ti. En realidad, creo que desde que te fuiste no ha pasado ni un solo día sin que, cuándo no llegas a ellos sin más, te busque en mis recuerdos, para charlar y hable al viento que te envolvió de ese día a día que sigue pasando inexorablemente, a veces tan lento que me envuelve en su densidad aplastante, otras con una velocidad tan vertiginosa que hace que mire casi sin poder participar.
Hoy, abrazo de nuevo al aire buscando tus caricias en la brisa que me envuelve, y tu sonrisa en cada nube que, desde la lejanía, parece proteger cada rincón, Y está vez, lo hago sin lágrimas, sin una queja, ni un problema, rabieta, inquietud, ni pesadumbre… tan sólo agradecimiento y cariño. Quizás algo acongojada por esa inevitable ausencia, pero sonriendo feliz por haberte conocido y haber convivido tantos años, con tantos y tantos momentos que van y vienen en mi continuamente.
En este instante, miro desde mi ventana y espero que mis silenciosas palabras y el mar de sentimientos que me invaden, lleguen a ti a través del aire de este cielo, hoy soleado y azul intenso, parado ante mí abre su inmensidad, expectante, y qué allí dónde sientas que te quiero y nunca dejaré de hacerlo.

Tenía que se hoy (14-Mayo-2009 )

¿Sabes? Nunca había vuelto a pensar en esa cama de la que me separaba lo menos posible, intentando mantenerte más cerca, en aquellos días de hace ya casi 3 años, Quise olvidarla desde el instante en que tan solo acogió la frialdad de tu cuerpo. Y hoy, no sé bien porqué ha sido su imagen la que me ha hecho volver a aquellos  días.
Recuerdo cómo te dolía la espalda y yo, intentaba, cómo si eso fuese posible, que aquel maldito dolor desapareciera, paseando mis manos por ella.
Quise acaparar tiempo contigo, cómo si con ello pudiese mantenerte aquí.
Quise guardar tu sonrisa, tu olor, tu tacto, incluso tus lágrimas que rara vez podía ver y ese miedo que asomaba en tu mirada intentando pensar que todo era un mal sueño.
Quise que perdonaras todo aquello que había podido hacer mal y que supieses lo orgullosa que estaba de ti.
Quise tantas y tantas cosas, que me hacían sentir cómo había desaprovechado nuestro tiempo, cómo había dejado pasar los años sin demostrarte todo lo que significabas para mi.
Y una noche cómo otras tantas, hablamos y hablamos los tres, en aquella habitación, hasta sin gesticular palabra. Estaba enfadada con el mundo, rabiosa porque sabía que no nos quedaba tiempo, porque te ibas a ir queriendo vivir, porque no era justo, porque sabía que tendrías que enfrentarte al más duro momento de tu vida y tú seguías cuidándome. Era yo la que tenía que hacerlo, y no estaba preparada para ello. Me aferraba a ti, sigo haciéndolo día tras día.
No imaginas la falta que me has hecho desde entonces.  Cuántas veces he necesitado tu apoyo, o tu consejo, o, porque no, esas visitas rápidas en la que, aparecías cómo si fuese de forma casual y me dabas ayuda hasta sin pedirla. Cuántas veces he visto lo poco que lo valoraba.
Y tú con tu muerte, me enseñaste una lección más de vida. No fue la última, no te creas, siempre están en mi mente muchas de tus enseñanzas, de tus valores, de tu forma de ver la vida, de ese “genio y figura” que tanto critiqué.
Pensé que aquel nefasto día en el que tuvimos que consentir tu inconsciencia permanente se acabó todo. Hoy sé que no fue así, que no te irás nunca, que viviré cómo siempre, acompañada de tus consejos, de tu cariño, de ti. Hoy sé que la ausencia no hace el olvido.
Ni siquiera sé si he sido capaz de expresar ni la mitad de lo que siento, pero después de mucho tiempo me he sentado aquí, cómo si estás letras pudiesen llegarte, cómo si al leer y releer lo escrito te estuviese diciendo al oído cuánto te echo de menos papá.

¡Felicidades! (19-Marzo-2010)

Desde mi racionalidad sé que no existe, que es polvo si es que éste queda en el aire, pero...
"Cómo en otros muchos momentos estoy pensando en ti. En realidad, creo que desde que te fuiste no ha pasado ni un solo día sin que, cuándo no llegas a ellos sin más, te busque en mis recuerdos, para charlar y hable al viento que te envolvió de ese día a día que sigue pasando inexorablemente, a veces tan lento que  me envuelve en su densidad aplastante, otras con una velocidad tan vertiginosa que hace que mire casi sin poder participar.
Hoy, abrazo de nuevo al aire buscando tus caricias en la brisa que me envuelve, y tu sonrisa en cada nube que, desde la lejanía, parece proteger cada rincón,  Y está vez, lo hago sin lágrimas, sin una queja, ni un problema, rabieta, inquietud, ni pesadumbre… tan sólo agradecimiento y cariño. Quizás algo acongojada por esa inevitable ausencia, pero sonriendo feliz por haberte conocido y haber convivido tantos años, con tantos y tantos momentos que van y vienen en mi continuamente.
En este instante,  miro desde mi ventana y espero que mis silenciosas palabras y el mar de sentimientos que me invaden, lleguen a ti a través del aire de este cielo, hoy soleado y azul intenso, parado ante mí abre su inmensidad, expectante, y qué allí dónde sientas lo mucho que te quiero."

Siempre con nosotros (12-Mayo-2011)

Hablamos de ti a menudo. Siempre estás presente en nuestras vidas y  ahora,  en lugar de dormir estoy aquí contigo sonriendo al recordarte, con lágrimas, para que nos vamos a engañar, pero sabiendo que nunca dejaras de ayudarme, de apoyarme y cuidarme. Una noche cómo ésta, hace hoy 5 años, lloraba desconsoladamente porque sabía que iba a ser la última que te viera. Sentada al lado de tu cama sentía impotencia y gemía porque te ibas, ¡quién sabe dónde!  Estaba furiosa. Sentía rabia de que fueses tú el que no iba a seguir aquí, me parecía tan injusto que alguien con tantas ganas de vivir se fuese sin que nadie pudiese hacer nada por evitarlo. Aún lo pienso a pesar de haber intentado entenderlo durante todos estos años.  Apenas he soñado contigo desde entonces, pero lo que si he hecho es recordarte a diario, mantenerte vivo de la única forma que sé hacerlo. Hablo contigo cómo si estuvieses sentado a mi lado.  Pienso en ti cómo si así pudiese verte entrar por mi puerta. Abro mis ventanas esperando sentirte en algún soplo de aire, cómo si estuvieses detrás de las cortinas al moverse.  Miro al cielo buscando tu sonrisa e, incluso busco alguna mueca de disgusto y tu ceño fruncido.
En este momento está Massiel con su canción de “La, la, la” y recuerdo cuándo se veía el festival en casa. Esa noche no se cambiaba de canal a ningún otro programa. Todos preparados para ver el evento año tras año. ¿Sabes? Hace mucho tiempo que dejé de verlo y eso que era una fan incondicional del festival  a pesar de oírte regruñir diciendo que todo era politiqueo. De hecho, muchas veces pienso en cómo estarías con la situación del país. Jajajajaj, protestando seguro, y discutiendo con cualquiera de nosotros para hacer entender tu postura, que no siempre era la nuestra, claro.
No sé porque hablo de esto cuándo lo único que quiero es seguir aquí contigo esta noche. Me duele no tenerte. Me duele no verte. Me duele recordar aquellos días que al final pudieron contigo y joder, lloro otra vez. Puta noche aquella, dónde ya ni siquiera te movías, simplemente esperabas  tumbado y esperábamos todos lo que era cada vez más cercano por mucho que quisiéramos obviarlo.
No podía imaginar lo que te iba a echar de menos, ni lo que te quería. En realidad te quiero porque eso no cambiara. No es que no quisiera expresar mis sentimientos, sencillamente ni yo misma conocía su magnitud. Apenas veo lo que escribo pero da igual, quedara aquí como tantos otros escritos que me acercan una vez más a ti y con el paso de los años, los releeré y volveré a sonreír y a llorar contigo una y otra vez. Tú seguirás siempre conmigo.

Nunca dejaré de añorarte (13-Abril-2013)

Han pasado muchos años, pero sigo echándote de menos. Te echo tanto de menos, que no soy capaz de escribir nada que exprese algo diferente a ese sentimiento perenne que tengo por ti. Alguna vez cuando entras en mi mente, siento que yo podría estar en la tuya en ese mismo instante, y te noto tan cerca que podrías  aparecer en cualquier momento, sentarte a mi lado y regalarme uno de esos abrazos que tanto añoro.
Cierro los ojos sonriendo y en esa maravillosa oscuridad me dejo ir y me sumerjo en ti. Veo tus ojos pícaros mirándome fijamente mientras te acercas con tus manos a la espalda y ese aire desgarbado que te define. Un escalofrío recorre mi cuerpo en esa irrealidad que me acoge. No quiero abrirlos, quiero mantenerte conmigo.
Parece que estás a mi lado conversando, contándome cómo estás, detalles de un día a día inexistente y yo embelesada escucho tu voz, intentando atraparla en mis sentidos para que no desaparezca.
Casi puedo verte, sentir tu olor. Sigo mirándote, observando el movimiento continuo de tus labios al hablar y tu sonrisa permanente, cuando hablas de ese lugar que te acogió, donde el tiempo no existe, donde los días no lo son y no se espera porque no hay nada que esperar, simplemente se está.  
Por un momento, tengo la sensación de sentir tu mano acariciando la mía e intento no perder ese contacto. Sé que cualquier cosa me hará volver a la realidad y sentiré tu ausencia de nuevo, pero por muchos años que pasen te seguiré echando de menos y me recrearé en esos momentos efímeros, en los que llegarás a mi mente distraídamente y me acompañarás.

                                                               Nive

Te quise, te quiero y te querré siempre allí donde estés. Pasan los años y sigues a mi lado. No importa que a veces me cueste recordar tu cara o alguno de tus gestos, se qué sigues conmigo y que por muchos años que pasen seguirá siendo así. Hoy quiero, desde estás letras dirigidas a ninguna parte quiero rendirte un mínimo homenaje.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Sevein...



Top